Según la extinta regulación aduanal, todo ciudadano que abandonaba el país (aunque fuera de manera provisional), solo podía hacerlo con un monto de hasta 200 USD, una medida que si quizás en su momento jugó su papel ante la posibilidad de evitar la fuga de importantes capitales del país, lo cierto es que desde hacía mucho tiempo estaba siendo contraproducente en correspondencia con las nuevas políticas trazadas en la isla.
Pero lo curioso es cómo un asunto nos lleva al otro, pues si analizamos con detenimiento algunas de las razones por las que a los cubanos se les exige para salir del país la polémica carta de invitación (permiso de salida de Cuba), es (entre otras cosas), porque supuestamente con el monto monetario permitido para viajar resulta prácticamente imposible asumir los distintos gastos de trasporte, alojamiento, alimentación, entre otros. Esto quiere decir que bajo la recién actualizada resolución, los cubanos podrán abandonar la isla con una suma de hasta 5000 USD o su equivalente en otras MLC cada uno, lo que permitiría sin problema alguno que una vez liberada la salida del país, todo aquel que sus posibilidades económicas le permitan pueda costearse su propio viaje sin necesidad de tener que acudir a la “benevolencia de terceras personas”.
¿Mensajes subliminales…?
El pasado mes de diciembre el presidente Raúl Castro aclaró que para llegar a la tan anhelada “Reforma Migratoria”, habríamos de avanzar “sin pausa pero sin prisa”, algo que recalcó intencionalmente en más de una ocasión.
Según sus propias palabras, se estaban estudiando rigurosamente las consecuencias positivas y negativas que esta nueva reforma podría traer a Cuba, por tanto resulta sospechoso que una semana antes de la llegada del Papa a Cuba salga a relucir esta nueva noticia, la que pudiera considerarse un gesto introductorio a la tan anunciada “Reforma Migratoria”.
De ser así, el gobierno cubano estaría haciendo un guiño de complicidad al Vaticano y dando a su vez su último paso en pos de la reestructuración de esta reforma, la cual tiene en cuenta en uno de sus acápites más importantes la eliminación definitiva de la Carta Blanca, principal expectativa aclamada por millones de residentes en la isla.
Una reflexión…
Mientras conversaba anoche con un amigo sobre este tema, en el acalorado debate terminamos por encontrar entre líneas el que quizás sea el objetivo principal de esta nueva concepción. Resulta que por sencillo que parezca, el gobierno cubano sin antes asumir una posición como la recogida en esta nueva resolución, quedaría prácticamente invalidado de realizar el más mínimo cambio en cuanto a políticas migratorias se trate, pues un ciudadano cubano limitado a salir de su país con tan poco dinero en efectivo quedaría prácticamente en el destierro, y eso iría contra todo principio y objeto para la cual esta fue flexibilizada, además de que indiscutiblemente esta resolución allanará el camino a la nueva reforma.
Por sí o por no, quién sabe si la semana entrante a tenor de la visita papal a Cuba nos sorprenda la agradable noticia de tener una nueva reforma que regule “juiciosamente” la emigración en nuestro país.
Yo, una vez más, aguardo esperanzado. Veremos qué pasa…
Descargue la resolución AQUÍ