El primer lugar en este tipo de acoso lo tiene el Cuerpo de Infantería de Marina, donde el 30 por ciento de las mujeres sufrieron algún tipo de contacto no deseado, y le sigue el Ejército y la Armada en los cuales 24 por ciento de ellas se quejaron de sufrir esas vejaciones.
Los resultados de este reporte, junto a otras investigaciones recientes, demuestran que los ataques sexuales constituyen un problema persistente en las fuerzas armadas, señaló el general Gary Patton, director de la Oficina de Prevención de delitos sexuales del Departamento de Defensa.
El texto, revelado en la noche del lunes con datos recopilados desde 2011, contiene muchas más denuncias que otros similares.
Al mismo tiempo, el documento avala la creciente preocupación en el Congreso acerca del acoso sexual en los servicios armados, así como la poca cantidad de denuncias que se materializan, en comparación con las revelaciones que las mujeres realizan en encuestas anónimas, señala el diario Stars and Stripes.
La senadora demócrata por Nueva York, Kirsten Gillibrand, presidenta del subcomité de personal del Comité de Servicios Armados de la cámara alta, calificó el informe como muy alarmante y dijo que los militares se abstienen de denunciar los delitos sexuales por temor a represalias de sus superiores.
Gillibrand auspicia un proyecto de ley para evitar que los jefes en la cadena de mando castrense tengan facultades para decidir si se lleva a los tribunales una acusación por violación u otro tipo de conducta sexual inapropiada, pero el Pentágono se opone a esta propuesta legislativa.
En los últimos meses, varios altos oficiales estadounidenses fueron castigados o investigados por mantener conductas sexuales inapropiadas.
Además, un escándalo sexual de grandes proporciones fue revelado el pasado año en la base aérea de Lackland, en las inmediaciones de San Antonio, estado de Texas, donde 28 instructores fueron detenidos durante un proceso, acusados por más de 54 mujeres reclutas.