La ética de quienes crean es fundamental para acercarse a estos temas, pues en ocasiones se termina revictimizando a la persona u ocasionándole problemas en su entorno social, explicó la socióloga Magela Romero, al impartir un taller sobre género y creación para profesionales de la Televisión Serrana.
Convocado por el Grupo Género y Cultura "Mirar desde la sospecha", de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, y la Fundación Nicolás Guillén, entre otras instituciones, el encuentro se desarrolló del 19 al 22 de noviembre.
Una veintena de profesionales de la TV Serrana y sus grupos focales en los poblados montañosos de Guisa y Nicaro debatieron conceptos de género, feminismo y violencia de género para con ellos desmontar prácticas culturales sexistas y el canon masculino de la historia del arte.
Romero explicó a SEMlac que no revictimizar a la persona violentada pasa por el cuidado de su imagen y la de familiares que hayan sido afectados por la agresión, sobre todo menores de edad.
"El enfoque de género en el audiovisual propone un abordaje desde el respeto, que no culpe a la mujer como causante de la violencia y a la vez rompa los mitos alrededor de este tema", significó.
Danae C. Diéguez, coordinadora de "Mirar desde la sospecha", insistió en la importancia de la mirada de quien realiza, pues a veces con buenas intenciones se termina reproduciendo patrones discriminatorios.
La profesora de la Universidad de las Artes insistió en el punto de vista de la obra como "ética de la representación" y llamó a profundizar en los mecanismos simbólicos que mantienen concepciones del poder masculino, aun cuando quien crea pretenda decir lo contrario.
"En el lenguaje artístico se sustenta o acaba de argumentar la tesis de la obra. Con el uso de la teoría de género, ese punto de vista se compromete con la realidad representada", indicó la académica.
Prácticas culturales e históricas legitiman la violencia simbólica contra las mujeres, sostuvo también el historiador de arte Maikel Rodríguez.
El crítico repasó las acciones más radicales de la cultura sobre el cuerpo femenino como el pie de loto en Asia, la ablación del clítoris y las violaciones correctivas en África, entre otras.
Sin embargo, hizo notar otras prácticas occidentales igual de invasivas, pero naturalizadas, entre ellas la cirugía estética o la presión sobre el peso corporal femenino que conduce a la bulimia, la anorexia y el miedo a tragar.
El arte, sobre todo el realizado por mujeres, se viene acercando a estos temas en los últimos años, refirió a SEMlac el especialista. No obstante, consideró que se trasciende poco la denuncia y no aparecen piezas representando soluciones o modelos alternativos a la violencia.
Incorporar a la práctica creativa las herramientas de la teoría de género supone también un reto estético, consideró por su parte la periodista Helen Hernández Hormilla, otra de las profesoras.
"Es como un despertar nuevo", confesó a SEMlac Dulka M. Cabrera Guerra, del grupo de creación de la TV Serrana en Nicaro, luego de concluir el curso.
"Conocer sobre género ha sido un punto de partida para nuevos materiales audiovisuales sobre los problemas de las mujeres", significó la también promotora cultural.
La documentalista Ariagna Fajardo consideró que esa perspectiva se aviene al enfoque de trabajo en la TV Serrana.
El respeto a personajes y comunidad ha sido uno de los principios de esta productora en sus más de 20 años realizando documentales sobre sucesos de las zonas montañosas del oriente cubano.
Fajardo se propone ahora llamar la atención sobre las inequidades entre mujeres y hombres como resultado social e histórico, en función de mostrar nuevos matices en sus personajes.
Además del taller, se proyectaron audiovisuales cubanos sobre la violencia de género, algunos producidos por TV Serrana, en las comunidades cercanas de San Pablo de Yao, Buey Arriba y Bueycito.
El curso se integró a la Jornada Cubana por la No Violencia hacia las mujeres y a la Campaña Únete que, con ese mismo fin, realiza a nivel internacional el Sistema de Naciones Unidas. Además, contó con el apoyo de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación, Cosude.
