Obra "Los Machos Llorones". Foto: Zoe Lauren 

Cubarte.- La violencia contra la mujer, el abandono a los ancianos de la familia, los conflictos de la infancia y la incapacidad de los seres humanos para comprendernos a nosotros mismos, son las aristas en torno a las cuales se mueve la obra Los machos llorones que recientemente se presentó en el Teatro Trianón de la capital.


El director suizo Patrick Mohr concibió esta obra en La Habana, a partir de la confrontación y la participación de actores, músicos, cuenteros populares y otros especialistas de Cuba, África y Suiza. Su empeño desde el propio inicio de la obra fue reflejar a esos personajes comunes, que normalmente forman parte de una masa anónima, pero reflejan problemas muy particulares.

El texto del autor mozambicano Mia Couto aborda situaciones humanas que trascienden las regiones y las fronteras, y pueden ocurrir en cualquier lugar del mundo. Una mujer que es golpeada por el esposo, otra que decide matar al suyo antes que vivir la vida a medias que él le daba. Un niño que escribe poemas demasiado complejos para los padres, una abuela que habla con los personajes de la novela para luchar contra la soledad... Así aparecen poco a poco estas historias en las voces de los hombres que cada noche se reúnen en un bar para hacer cuentos y reírse de la vida. Sin embargo, las anécdotas que esperaban fueran graciosas y hasta burlescas se convierten en testimonios dolorosos y reales que cambiarán por completo sus perspectivas sobre la mujer.

Los machos llorones, se adentra en los tejidos sociales que engendran la violencia, la intolerancia y hasta cierto punto el desamor de un ser humano por otro. La pobreza, el racismo, las distinciones figuran también en la obra como texto y contexto que sirve de base para la materialización de las historias contadas.

Dentro de las actuaciones, se destacan las interpretaciones de los cubanos Jorge Enrique Caballero, Amanda Cepero e Iyaima Martínez. También es válido resaltar a la actriz senegalesa Cathy Sarr, quien aprendió en poco tiempo todo su parlamento en idioma español, para llevarlo después a escena con buenos resultados.

Cada actor protagónico interpretó varios personajes. Es así como los hombres barbudos y machistas pasan a ser mujeres ignoradas o detenidas en una cárcel. Los cambios en las voces, las trasformaciones de las gestualidades y el traspaso a la piel de cada personaje reflejaron, ante todo, un conocimiento profundo de cada historia y la destreza para metamorfosearse en ellos, impidió que se crearan vacíos en la escena por la estructura de la obra que se conforma de varios relatos.

La música es la piedra de cáliz de la puesta teatral. El contrabajo, la guitarra, el cajón, la flauta y las voces de los intérpretes forman parte indisoluble del texto, funcionan en los giros dramáticos y momentos de clímax. La mayoría de los temas de las canciones fueron compuestos expresamente para la obra. Además, para reto de los músicos también intervienen actoralmente como oyentes de las historias, aunque su trabajo en este sentido, no alcanzó toda la destreza histriónica en comparación con los actores, es válido destacar esta acertada confluencia entre músicos y personajes. Resulta un recurso novedoso que requiere de una visión hipertextual a la hora del montaje.

No obstante, aunque la música gana espacio en la escena, hubiera sido más eficaz terminar la obra con una mayor presencia de la actuación dramática para cerrar el ciclo de las historias. Durante toda la puesta, los actores lograron captar momentos de tensión y crisis ante el espectador, el cual se preparó para un final más coherente con la naturaleza de la obra.

Obra "Los Machos Llorones". Foto: Zoe Lauren

Uno de los méritos de Los machos llorones es la recreación de los diferentes rostros con los cuales se matiza la violencia. Desde el golpe evidente y feroz, hasta la agazapara ignorancia que resume a cero la existencia de una persona. También mostró el texto las consecuencias de la ignorancia, que pueden llevar a la incomprensión de la lógica para convertirla en ilógica. Así se revela la historia del niño que resultó padecer de una extraña enfermedad, según los padres, simplemente porque poseía un don para la lírica, totalmente inentendible e inalcanzable para el escaso intelecto de los progenitores

La obra se caracterizó por una escenografía sencilla, marcada por la presencia de tres enrejados que sirven como puertas, ventanas, celdas, dependiendo de la historia. El empleo de recursos audiovisuales también elevó la calidad de la puesta en escena y sobre todo ambientó el contexto de los relatos.

Resulta interesante que a pocos días de haber finalizado el Festival de Teatro de La Habana, otros directores foráneos se interesen por venir a Cuba con el propósito de montar piezas teatrales con artistas cubanos. Más importante resulta aún que quieran abordar estos problemas que afectan a millones de mujeres en todo el planeta. Problemas domésticos, globales, íntimos y trascendentales que marcan los destinos de la gente.

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