Teresa Amarelle Boue, su secretaria general, lo tiene claro. Consciente de que la Federación de Mujeres Cubanas ha sido testigo y protagonista de los cambios más radicales de la Revolución, su énfasis mayor hoy esta puesto en lo que hay que hacer, prevaleciendo el sentimiento humano.
Desde sus múltiples espacios, las cubanas han impulsado y se han catapultado ellas mismas hacia cuanto de nuevo y hermoso se hacía en el país, casi al unísono de las transformaciones que se daban. Así, se aglutinaron en sus filas las mujeres, enroladas en acciones que posibilitaron su superación constante. La premisas entonces era incorporarlas al trabajo, al estudio, a la defensa, haciéndolas partícipes activas, dignificándolas; rompiendo trabas sociales y de género.
Vilma tuvo la visión certera para hacerlo y lo impulso desde los días fundacionales. De hecho, la FMC se hizo grande a la par de las transformacionales sociales, económicas y políticas vividas en la cotidianidad revolucionaria.
Ese fue su legado, la fuerza que trasmitió a las federadas de ayer y a las que hoy se mantienen fieles y, sin dejar de mirarse por dentro, de tú a tú y sin cortapisa, encaran otros desafíos. Esos que significan las nuevas condiciones económicas y sociales de su día a día a la luz de un bloqueo recrudecido y de la puesta en práctica de leyes tan arbitrarias como la Helms-Burton y su capítulo tres y que demandan la existencia de una poderosa organización de masas, como la FMC. Ahora con 59 agostos a cuestas, pero tan joven y vital como en sus años mozos, la vigencia que la Federación mantiene, según ha reiterado su secretaria general, Teresa Amarelle, radica en el accionar de sus mujeres, en su empoderamiento y el logro de de la igualdad de oportunidades.
El momento es ideal también para perfilar caminos y encontrar respuestas a las disímiles planteamientos de las mujeres, entre ellos, lograr mayor participación y sentido de pertenencia con su organización. Por ese camino andan las fortalezas de la FMC, su implicación y representatividad en el entramado nacional.
Joven es siempre la mujer. Lo demuestra la Federación de Mujeres Cubanas con todo su potencial femenino a la vanguardia. No hay tarea en la que la aguerrida tropa de Vilma no esté activa y desplegando su arsenal de inteligencia y creatividad, impulsando políticas y programas de la Revolución.
Frescas aun las muchas tareas emanadas de su X Congreso y con la conciencia de que la promotora de los cambios más radicales en el terreno de los derechos de la mujer y la niñez, Vilma Espín, continúa presente en el quehacer cotidiano de la organización que fundara, ellas celebran con júbilo y disímiles actividades su fiesta fundacional, sabedoras de que, como dijo Fidel un día, “No es de extrañar que aquella sociedad que lo derrochaba todo, derrochara, entre otras cosas, el talento y las cualidades de las mujeres”.