Por Lorenzo Gonzalo*/Foto Virgilio Ponce -Martianos-Hermes-Cubainformación-Cubasolidaridad.- Esta vez la noticia sobre Oswaldo Payá a pesar de continuar en la primera página de El Nuevo Herald de Miami, perdió el titular principal a favor del fraude de boletas ausentes.

El fraude en las votaciones se ha convertido en algo rutinario entre los políticos que se disputan la alternancia del poder en Miami y también en el resto de las ciudades de Los Estados Unidos de América, pero sobre todo es típico de la mencionada ciudad. En los casos de alcaldes que pueden ser elegidos indefinidamente, llega el instante que el fraude es más sutil porque las maquinarias entronizadas por años manejan las trampas con mucha elegancia.

La razón por la cual la noticia sobre Payá pasó a un segundo plano de la primera página del periódico es obvia. En los titulares de los rotativos internacionales, que se habían sumado a la campaña del supuesto asesinato y a la existencia de un segundo vehículo forzando el auto en que viajaba el activista social cristiano fuera de la carretera, al estilo de las payasadas de las películas de James Bond, apareció finalmente la información de que los sobrevivientes desmienten que terceros factores hayan ocasionado el trágico accidente.

Curiosamente aparecen declaraciones de la viuda de Payá en esa misma nota de segunda, manifestando que la “justicia divina llega” y que ella no ha podido hablar con dichos sobrevivientes.

La manera en se narran estas declaraciones dejan el sabor de que “todavía nada se sabe”. O sea, queda un sobre gusto de “asesinato” en el ambiente.

Tal y como lo habíamos expresado ayer, la noticia por capítulo sobre el triste caso con informaciones a medias y siempre equívocas sobre este caso, logra que el resultado final sobre las acusaciones políticas culpando al gobierno cubano, aunque sean desmentidas con hechos probados, permitirá que perdure en la creencia del ciudadano medio de Miami y en el de otros lugares donde existe un ambiente de guerra declarada al Estado cubano, que Oswaldo Payá fue asesinado por las autoridades de su país.

Con estos señores no hay arreglo posible. Por eso el Estado cubano hace bien en no aceptar nada que provenga de esa dirección. Hace bien en ser cauteloso y pisar el terreno como “gato en tejado caliente”.

El Papa Juan Pablo II dijo en su visita a la Isla que “el mundo se abra a Cuba y que Cuba se abra al mundo”. Palabras sabias que no implican que Cuba se doblegue a nadie ni acepte nada de nadie, sino que comprenda a los demás y coordine en consecuencia para no dañar intereses de terceros. La segunda parte de la frase significa lo mismo a la inversa, pero estos señores pretenden no entenderla de igual modo.

Dichas palabras son aceptadas a medias porque quienes se suponen dueños de la verdad social, solamente aceptan la primera parte, malinterpretando el significado. Por estas razones todo suceso cubano es motivo de juicio sumarísimo.

Si las autoridades, a tono con las Leyes del Estado, condenan a un terrorista, a un secuestrador de naves marítimas o aéreas o por el asalto o sabotaje a una dependencia nacional, los comentarios se inclinan a favor del culpable. Si alguien ingresa al país a nombre de una organización extranjera y procura influir en la conducta de ciudadanos cubanos, en aras de desarticular al Estado y es detenido por tales motivos, la prensa internacional al servicio de labores de inteligencia gubernamental de países comprometidos con Washington, desconocen las razones legales de Cuba para actuar en concordancia con la Ley.

Este es el cuadro que ha rodeado el caso de Payá.

Referirse a Cuba con sentido crítico respecto a regulaciones existentes y medidas fallidas del pasado es algo válido, de igual manera que entendemos que personas desde Cuba, intelectuales, periodistas y académicos, analicen las situaciones de otros países y del ambiente internacional. Pero intentar forzar la conducta de terceros gobiernos es injerencia. Sin embargo, desde fuera quieren hacerle creer al cubano que ellos tienen derecho a proceder de esa manera.

Esto es lo que ha ocurrido con Payá, con el cólera, con el dengue, con cuanta noticia trágica o lamentable sucede en esa pequeña Isla. Pretenden torcer los acontecimientos en contra de las autoridades de la Isla en aras de que procedan como plantean “los poseedores de la verdad”.

Veremos cuál es el próximo suceso que se preste a la morbosidad, para adornar con rabia la primera página y el primer titular de los órganos informativos de Miami que se dedican a desinformar y sembrar confusión y odio, en lugar de educar y sugerir soluciones.

Payá murió en un accidente lamentable. Se perdió una persona decente, desbordado de buenas intenciones, aun cuando aquellos que derramaron lágrimas de cocodrilo en su sepelio, piensen lo contrario y lo odien.

Que descanse en paz y que la viuda tenga todas las ventajas que le permitan hacer sus propias averiguaciones, dentro de la legalidad y la mayor objetividad, para que finalmente tenga la certeza de que su esposo falleció en buena lid.

*Lorenzo Gonzalo periodista cubano residente en EE.UU. y Subdirector de Radio Miami.

Fuente original: Martianos-Hermes-Cubainformación-Cubasolidaridad

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