Luis Ernesto Ruiz Martínez - Blog Visión desde Cuba/Cubainformación. El 2012 lanza los últimos disparos tratando, a duras penas, de dejar una grata impresión en quienes sufrimos o disfrutamos de sus largos días. La llegada del fin de año siempre es motivo más que suficiente para, lamentablemente, hacer de la bebida el acompañante preferido por muchos. Digo lamentablemente porque no todos aprendieron a poner ALTO a los excesos antes de caer en las redes del alcoholismo. Pese a ello me atrevo a brindar con ustedes.


¿Por quién brindamos?

Brindo con recelo por los cubanos que siguen desconfiando de la obra que por 54 años ha construido la Revolución Cubana, por los funcionarios que desde sus comodidades frenan o no propician que esos logros se vean con mayor celeridad de la que tenemos, por los que se alejan de su familia tras los cantos de sirena y por los que abandonan el camino del socialismo como única alternativa a la salvación de nuestro planeta.

Brindo con recelo por los que comienzan una obra constructiva y la abandonan a su suerte, por los que detrás de un buró cultivan la burocracia para que sus compatriotas “pasen trabajo” en pos de solucionar problemas acumulados, por los que aumentan los precios sin vacilaciones aunque su familia sufra las consecuencias y por los que se acomodan profesional o socialmente olvidando que antes poco o nada tuvieron.

Brindo con satisfacción por el que se levanta temprano para barrer nuestras calles sin mirar con inferioridad a los que le regalan una sonrisa, por el que ayuda a una anciana a cruzar la calle, por el que detiene su auto estatal o particular para contribuir con la transportación de sus compatriotas, por el funcionario que se busca problemas y arriesga sus “privilegios” para solucionar los de los demás.

Brindo con satisfacción por el cubano que plantó campamente “del otro lado de la orilla” pero no juega con las reglas del “enemigo”, por el que sale a buscar el alimento de sus hijos honradamente, por el cubano que se quedó aquí dentro a trabajar de verdad por un futuro mejor y verdaderamente posible.

Brindo con satisfacción por el lector que llega cada día a buscar en los medios y blogs sobre Cuba la verdad que esconden los poderosos,  por los que critican con respeto y con argumentos discutibles, por los que saben apreciar cuando una obra es justa aunque opuesta a ideologías o principios propios, por los que llegan justo a  tiempo sin ser llamados, casi siempre cuando más se les necesita.

Brindo con satisfacción por mis fieles lectores.

¿Por qué brindamos?

Brindo por la salud que nos ha acompañado en todo este año 2012, por la mucha o la poca, la fuerte o la endeble. Miremos atrás y veremos millones de razones, pero se me antoja brindar por esa Cuba que se alza sobre obstáculos reales, naturales o artificiales, que se empeñan en destruirla. Por esa Cuba que se levanta a diario contra la inmovilidad de adentro y de afuera, contra la ignorancia y la corrupción, contra la mentira y la manipulación, contras las medias verdades y las dolorosas mentiras y media. Son muchas Cuba en una sola bandera y que no es más que la complejísima suma de cada uno de nosotros y nuestros empeños, aciertos y errores.

¿Con qué brindamos?

Brindo con la más refinada variante del genuino Ron Havana Club, cubano como las palmas a pesar de los robos norteños; con un buen coctel elaborado a base de otros rones cubanos; con una exquisita crema salida de las esencias más delicadas de nuestras licorerías; con una cerveza Bucanero, fuerte o no; con un buen vino casero y hasta con alguna que otra bebida resultante de la menos rigurosa “metodología”.

No importa si alzamos una copa, un vaso de cristal o un jarro de metal, como el que usaba mi abuelo para beber el café que mi abuela le colaba, siempre claro y  abundante. Lo que vale es hacerlo de corazón y pensando con optimismo en el cercano 2013. Nos merecemos todos un mejor año. Olvídense de la crisis mundial que no es para sufrirla, sino para sobreponerse a ella. Piensen en sus hijos, sus amigos, su familia toda y tomen un breve trago en su nombre.

Créanme que en cada uno de los escasos tragos que humedecerán mi garganta en estos días habrá un sorbo para cada uno de ustedes. El año viejo termina y en su lugar llega, listo para ser conquistado, un AÑO NUEVO que pide a gritos que lo atendamos sin rencores. Aún quedan razones para compartir, pero me adelanto a BRINDAR por mi familia, que es la que convive conmigo en casa y la que se ha agigantado desde estas visiones compartidas.

¡Salud!

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