Yohan González Duany - blog Desde mi Ínsula. - Durante una entrevista,  publicada hace algunos días en este blog, el historiador y escritor cubano Newton Briones Montoto me comentaba, en referencia  a “lo que está haciendo Raúl Castro”, que:

(…) la velocidad es importante. Porque el tiempo se nos acaba. Los encargados de rectificar son los que hicieron la revolución. Lo mejor que nos ha podido suceder es que sean ellos. Todavía tienen una cuota alta de autoridad, El Moncada y La Sierra son su estandarte. Los que vengan detrás no tendrán esa autoridad, se la ganaran gobernando, ahí está el peligro.

En una ocasión, durante una charla con un amigo cubano residente en el exterior –cuyo nombre me reservo porque no viene al caso y le debo un respeto-, este me decía, cito textualmente: “Yohan, tú que estas allá y que puedes tener consciencia de las cosas  me puedes responder un cosa, ¿cuánto tiempo tú crees que demore ver los resultados reales y palpables de los lineamientos y de todo el proceso de cambio-actualización?”.

Esta es la pregunta del millón de CUC y a la que no pocos “aventurados” se han aprestado a aportar una fecha más o menos aproximada, siempre basándose en cifras y estudios, como si el porvenir y desarrollo de la sociedad cubana se pudiera meter dentro de un simulador. Recuerdo que hace tres años -cuando la palabra “actualización” comenzaba a entrar en nuestros diccionarios- al asistir a una conferencia de un economista, profesor de la Universidad de La Habana y asesor del Ministerio de Economía y Planificación, este nos vaticinaba que los primeros resultados alentadores en el crecimiento de la economía se comenzarían a ver aproximadamente entre cinco a seis años.

En lo personal nunca me he aventurado en dar o aceptar esa respuesta -y mucho menos decir que solo hace falta un quinquenio- , es por ello que como mismo respondí aquella ocasión a la pregunta del amigo, en esta ocasión no tengo más remedio que decir: “No tengo ni idea de cuándo será”.

Ayer, unas horas después de haber comentado con él mismo sobre el significado de la palabra “actualización”,  el periodista y colega bloguero Alejandro Ulloa se acercaba en su blog hacia el papel de la semántica y de cómo buscamos otra palabra para no llamar a las cosas por su nombre

Tampoco hacemos “transformaciones” o “cambios” en nuestro proyecto socio-polítco-económico… no, qué va: hacemos una “ACTUALIZACIÓN DEL MODELO ECONÓMICO”. Y yo me pregunto –y a veces, solo a veces, también me respondo–: ¿no es acaso profundamente antimarxista pretender que si se CAMBIA la economía en un país, también cambian sus sistemas de relaciones sociales y, ya de hecho, políticas?

Desde la aprobación de los Lineamientos, en abril de 2011 tras la clausura del Sexto Congreso del PCC, hemos visto como poco a poco, el Estado y Gobierno cubano, encabezados por Raúl, han implementado las primeras medidas encaminadas a avanzar en ese “cambio-actualización”:

• Entrada en vigor de nuevas facilidades para el aumento del trabajo por cuenta propia (septiembre de 2011)
• Autorización de compra y venta de autos (noviembre de 2011)
• Autorización de compraventa de casa (noviembre de 2011)
• Aprobación de regulaciones para el arrendamiento de barberías estatales (noviembre de 2011)
• Autorización de venta de los productores agrícolas al sector turístico (noviembre de 2011)
• Flexibilización de las restricciones para la migración interna (noviembre de 2011)
• Autorización a los bancos cubanos a entregar créditos a particular (noviembre de 2011)
• Entrega de subsidios a particulares para la reparación de viviendas (enero de 2012)
• Nuevas normas en la entrega de tierras en usufructo (octubre de 2012)
• Aprobación de constitución de cooperativas en sectores no agropecuarios (diciembre de 2012)
• Nueva Ley del sistema tributario (diciembre de 2012)
• “Actualización” de la política migratoria cubana ( febrero de 2013)

Estos han sido, a grandes síntesis, las medidas aprobadas de más impacto socio-económico, sin embargo, la economía cubana ha mostrado señales de crecimiento, aunque paulatino –en 2012 nos quedamos a 3.1% pese a haber planificado un crecimiento de 3.4%- y para el año 2013 apostamos a un crecimiento de un 3.4%. A pesar de que los vaivenes del PIB, para la economía y el Gobierno cubano queda aún una asignatura pendiente: la economía doméstica o el nivel de vida del cubano promedio.

El primer vicepresidente cubano, Miguel Díaz Canel, durante una  ofrecida a medios de comunicación cubanos en julio del presente año, sentenció sobre el estado actual de la “actualización”:

La implementación de los Lineamientos ha pasado una etapa en la cual estuvimos trabajando con cuestiones que de manera más factible, más diligente, se podían establecer, y ahora hemos entrado en la etapa de las decisiones más complejas.

Esa etapa de “decisiones más complejas” pasa por comenzar a tocar el asunto de la dualidad monetaria, una de las medidas más esperadas por el cubano de a pie, y que el propio Raúl en su último discurso ante la Asamblea Nacional señaló como “uno de los obstáculos más importantes para el progreso de la nación”.

En un artículo publicado por La Joven Cuba, el bloguero y colega Harold Cárdenas hacía referencia a la velocidad y al “estado de incertidumbre”, al final de su artículo sentenciaba:

Si alguien me preguntara nuestra posición y velocidad le diría que tengo la certeza de vivir en un país que se encuentra en movimiento, algo reconfortante para todos, pero a la vez con la incertidumbre del rumbo que tomarán sus partículas en el futuro. Espero que en los próximos años y sin que haya que esperar demasiado, podamos proyectar nosotros mismos un país mejor.

A veces, inmensos en experimentos, implementaciones, rectificaciones y actualizaciones; hay una cosa que muchos olvidan: todo lo que hacemos, además de garantizar la sostenibilidad y bienestar de la nación, debe ir en pro de mejorar la vida de las personas, y las personas son seres humanos, y los seres humanos no somos inmortales. Si tan importante es la efectividad de la actualización de la economía y de la sociedad cubana, tan importante es el tiempo en que nos demoramos en hacerlo.

Mi abuelo fue uno de esos hombres que luchó y lo dio todo por la Revolución –incluso su riqueza familiar-, mi sueño más grande sería que antes de que se fuera de este mundo y fuera “a quien sabe dónde”, pueda ver la sociedad cubana con la que él y yo soñamos. Yo tengo 22 años, él tiene 71.