Noel Manzanares Blanco - Cubainformación.- En Cuba: más acompañamiento a su quehacer, a principios de Noviembre último le di continuidad al entonces cacareado asunto del “aislamiento” de la Mayor de las Antillas. A la sazón, ratifiqué que “más temprano que tarde, los propios Empresarios radicados al Norte del Estrecho de la Florida que están presenciando la creciente pérdida de oportunidades mutuamente ventajosas en el comercio con la Isla, con su quehacer contribuirán a que las autoridades políticas de Estados Unidos se acojan al sentido común y envíen al basurero el desatino mayúsculo que pasa ya los 50 años de existencia”. Ahora, no solo asistimos a un cambio positivo en tal sentido sino que el tema mejora a galope, en el más amplio sentido de la expresión.

Sin lugar a dudas, el 17 de Diciembre de 2014 representó tanto un punto de inflexión en las relaciones Cuba-EEUU como en el vínculo de nuestra Patria con otros actores internacionales. Grosso modo, resalto la presencia nuestra en la Cumbre de Panamá en este Abril, el periplo reciente del Presidente Raúl Castro por Argelia, Rusia e Italia (en Roma, visitó al Papa Francisco y al Primer Ministro Matteo Renzi) y las numerosas visitas a La Habana de destacadas personalidades, muy particularmente la del principal estadista de Francia, François Hollande, una semana atrás —acerca del último hecho, sugiero ver las reflexiones de Salim Lamrani.

A propósito, deseo destacar que, cuando Raúl despidió a Hollande en el aeropuerto “José Martí”, afirmó que el hecho de que él personalmente tuviera tal gesto ante la principal figura de la Administración de París constituía una muestra de la satisfacción con los resultados de la presencia del mandatario francés; al tiempo que, sobre el futuro del diálogo ente la Unión Europea y Cuba, señaló que se producirá una reunión en Junio en Bruselas y que en nuestra percepción “La posición común europea, no debió de existir nunca” aunque “eso se va a resolver”.

Más cerca en el tiempo, consulté un título sobre Cuba donde se hace saber que en la décima edición del Foro Económico Mundial para América Latina efectuado en Cancún, en la Rivera Maya mexicana, con la presencia de presidentes, ministros, directivos de empresas globales y otras personalidades de 45 países, hubo un gran interés por el Caimán Verde; al paso que el Presidente anfitrión, Enrique Peña Nieto, se congratuló por la presencia de una delegación cubana tal como lo hicieron otros responsables de la organización del evento continental.

No obstante, unas horas atrás analicé un despacho de EFE con el rótulo “García-Margallo: España 'tiene mucho que decir' sobre la situación en Cuba”. Allí, se da cuenta de que el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación de ese país europeo de nombre José Manuel dijo:

“En primer lugar, en cuanto miembro activo de la Unión Europea y probablemente el más escuchado en todos los temas de Latinoamérica por razones obvias”. “En segundo lugar (sobre) el Club de París, que es el problema de la deuda: España es la segunda acreedora de Cuba, con más de tres mil millones de dólares de deuda pendiente, (un asunto) que habrá que acelerar”; amén de indicar que el Gobierno español está “siguiendo con enorme interés la evolución de las negociaciones en paralelo y distintas, pero coordinadas, entre los Estados Unidos de un lado y la Unión Europea de otro [con La Habana]” —las negritas son mías.

Al respecto, le significo a mis lectores/as, por una parte, que me llamó la atención que el señor Margallo haya omitido lo que es reconocido por la misma prensa de su país, a saber:

“El Gobierno cubano trasladó al secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, su decisión de recompensar a las empresas españolas que siguieron comerciando con Cuba 'en los años difíciles', pese a las sanciones establecidas por el embargo [Bloqueo] de Estados Unidos a la isla. Sin citar a las empresas afectadas por la penalización norteamericana, entre ellas la cadena Meliá, García-Legaz aseguró que algunas sufrieron 'un coste muy considerable', cuando apostaron por continuar operando en Cuba a sabiendas de que serían castigadas”.

Por otra parte, de acuerdo con el citado despacho de EFE y las negritas que coloqué en la palabras del señor de marras, llamo su atención acerca de lo que escribí en Cuba: entre Madrid y Palabra nueva, Washington teniendo en cuenta que a finales de Noviembre de 2014 ese canciller español nos visitó y pronunció un discurso con el título “Vivir la Transición: una visión biográfica del cambio en España”. Entonces, dijo:

“Me honra dirigirme a quien en el futuro representará a Cuba en el exterior, a los miembros del Cuerpo Diplomático, a los empresarios, a los descendientes de los españoles que en su día emigraron a Cuba, a los alumnos del Colegio Español de La Habana y a los jóvenes que hoy nos acompañan. En vuestras manos está el futuro y a vosotros me dirijo especialmente esta tarde” —las negritas son mías.

Luego, acotó:

“Por fortuna, aquello [la dictadura —y recuerde cómo nos perciben desde el Capitalismo de pura cepa] pasó. Y hoy puedo decir con orgullo que la Constitución que entonces diseñamos nos ha permitido disfrutar de cuarenta años de paz civil, libertad y prosperidad. Años en que los centristas, los socialistas y los populares nos hemos alternado con absoluta normalidad”.

Fue precisamente ante esa disyuntiva que me sentí en el deber de preguntar: “¿De qué está hablando este ministro español? ¿Cuál es el estado de su 'paz civil, libertad y prosperidad'? ¿Le habré mentido a mis lectores/as cuando seis años atrás publiqué Adiós al 'estado de bienestar social' con una fotografía alegórica a las privatizaciones del estado español?” —además de otras acotaciones.

Y de cara a los últimos pronunciamientos del señor José Manuel García-Margallo sobre la Isla, me pregunto: ¿Será que ante el fracaso evidente del Bloqueo Made in USA y de la Posición común de la Unión Europea contra la Revolución Cubana —sin descartar el espacio “robado” por Francia—, Madrid manifiesta un “enorme interés [en] la evolución de las negociaciones en paralelo y distintas, pero coordinadas [de Washington y Bruselas] con la mirada puesta en las jóvenes generaciones como variante en el intento de desmontar el en Cuba —al margen de privilegiar las pretensiones incluso económicas de la antigua metrópoli española?

Así, asumo estar en presencia de diversos acontecimientos que revelan el impacto/perspectivas del suceso del 17 de Diciembre de 2014 entre La Habana y Washington.