Noel Manzanares Blanco - Cubainformación.- Quizás para contrarrestar su ¿objetiva? información según la cual Grandes compañías de EEUU apoyan eliminar sanciones —incluye la creación de Engage Cuba, insólita publicidad sobre la Isla en la TV vecina—, Nora Gámez Torres, “la más reciente adquisición” de El Nuevo Herald para atacar a la Mayor de las Antillas, tuvo a bien ¿actualizarnos? este 22 de Junio con su título Informe: invertir en Cuba es una apuesta de alto riesgo, a partir de un reciente reporte de la firma de inversiones en bienes raíces JLL (Jones Lang LaSalle) sobre las oportunidades de negocio en nuestros predios.

Según esta Nora “que hasta el otro día fue una profesora de la Universidad de la Habana”, Steve Medwin, director general de la firma, le manifestó al Herald:

“Lo que hemos determinado es que hay todavía mucho riesgo, no hay un sistema bancario sólido, la infraestructura física del país es un reto y al estar vigente el embargo, las compañías no están autorizadas a entrar en relaciones contractuales con el gobierno”. “Hay muchos impedimentos en el camino. No queremos decir que no habrá oportunidades en el futuro pero ahora mismo hay tantas barreras que se trata más bien de ver y esperar a los cambios. Es como una espada de doble filo: hay oportunidades pero con un alto riesgo” —las negritas son mías.

En otros párrafos, Gámez Torres refiere que los autores del Informe mencionado por ella hacen notar las deficiencias de la infraestructura cubana, el escaso poder adquisitivo y el trato con el gobierno cubano como elementos adicionales que frenan la presencia estadounidense en la isla; y acto seguido, anota: “José Ferrer, abogado especializado en demandas comerciales y socio de la firma Bilzin Sumberg, con sede en Miami, coincide con la evaluación presentada [pues para él], no existen todavía las garantías legales necesarias para las inversiones. 'Existe mucha oscuridad y ambigüedad sobre cuáles leyes se aplican, si es que existen, a salvaguardar las inversiones extranjeras en Cuba'” —las negritas son mías.

Además, como quien quiere sembrar la incertidumbre, vuelve la periodista a citar al director de Jones Lang LaSalle: “Ellos [las autoridades cubanas] puedan estar diciendo eso [nuestras garantías en base a la nueva Ley de Inversión Extranjera], y puede que haya oportunidades, pero cuando se trata de una compañía que arriesga capital para una inversión, la gente quiere tener garantías razonables sobre sus ganancias. Lo que estamos diciendo a nuestros públicos es que no estamos viendo que sea una inversión sensata hoy, por todos los impedimentos que hay en el camino, aunque hay oportunidades” —las negritas son mías.

En este ambiente, recordé que en uno de mis últimos trabajos me hice eco de las palabras de Rajendra M. Abhyankar, Presidente del Kunzru Centre for Defence Studies and Research de la India, quien ha pronosticado que Cuba puede convertirse en la Singapur del Caribe. Puntualmente, él sostiene  acerca de ese país y la nación cubana:

“El país asiático combina los dos imperativos para consolidar económicamente el gran vecino [China] sin caer totalmente bajo su hechizo… La clave es la construcción de un proceso de reforma económica que se reconozca como irrevocable y auto-sostenible, y el diseño de una política que pase del control a la regulación. Con su estratégica ubicación a caballo entre el Caribe y América Latina, Cuba puede ser, a la vez, un puente hacia los EE.UU. y un centro de reprocesamiento financiero y tecnológico orientado a la economía estadounidense” —las negritas son mías.

Por tanto, si parto de que el reciente título de Nora Gámez Torres, ex profesora de la Universidad de La Habana y actual empleada de El Nuevo Herald, gira a contrapelo de Rajendra M. Abhyankar, Presidente del Kunzru Centre for Defence Studies and Research de la India —Académico poco sospechoso de ser acusado de comunista—, entonces acredito que no exagero al sustentar que, en el caso que ahora acabo de exponerle a mis lectores/as, Cuba presenta una nueva de una piraña en su contra.