Noel Manzanares Blanco - Cubainformación.- En este nuevo aniversario de Fidel Alejandro Castro Ruz (1926/13 de Agosto/2015), ante todo resalto las percepciones que sobre él, en distintos momentos históricos, dieron a conocer otros dos Grandes de Latinoamérica, a saber: me refiero a Che Guevara y a Hugo Chávez. El primero, hizo constar en la Revista Verde Olivo de La Habana, Cuba, el 9 de Abril de 1961:
“El futuro colocará en su lugar exacto a nuestro Primer Ministro [responsabilidad que ocupó entre 1959 y 1976], pero a nosotros se nos antoja comparable con las más altas figuras históricas de toda Latinoamérica”. “Tiene las características de gran conductor que, sumadas a sus dotes personales de audacia, fuerza y valor, y a su extraordinario afán de auscultar siempre la voluntad del pueblo, lo han llevado al lugar de honor y de sacrificio que hoy ocupa”. “Fidel dio a la Revolución el impulso en los primeros años, la dirección, la tónica, siempre. Así vamos marchando. A la cabeza de la inmensa columna —no nos avergüenza ni nos intimida decirlo— va Fidel”.
El segundo, resaltó desde Caracas justo en el cumpleaños 75 del Líder Histórico de la Revolución Cubana:
“Fidel no le pertenece solo a Cuba, les pertenece a este mundo nuestro, a esta América nuestra. Después de casi medio siglo de lucha, Fidel les puede mostrar la cara con integridad plena y con moral absoluta, no solo al pueblo cubano, sino a todos los pueblos del mundo”. “Fidel decía —terminando los 80— que una nueva oleada revolucionaria, de cambios, una nueva oleada de pueblos, se desataría en el continente cuando parecía —como algunos ilusos lo señalaban— que habíamos llegado al fin de la historia, que la historia estaba petrificada y que ya no habría más caminos ni alternativas, sino el modelo neoliberal del capitalismo salvaje, la democracia falsa que en estos pueblos sembraron./ Cuando mucha gente comenzó a rendirse y a entregarse, Fidel seguía diciendo: vendrán nuevas oleadas. Estamos viendo el comienzo de esas nuevas oleadas”.
No obstante, deseo compartir con mis lectores/as al menos un par de pinceladas acerca de la capacidad del Compañero Fidel para adelantarse al porvenir de Cuba: una, en el año 1956; la otra, en el comienzo de la última década del Siglo XX.
Respecto a casi doce lustros, a mi mente llega lo siguiente: el 2 de Diciembre, tuvo lugar el Desembarco del Granma por el Sur del Oriente de la Mayor de las Antillas; apenas 72 horas después, los 82 expedicionarios que habían partido de México con su conducción sufrieron un marcado revés: me refiero a Alegría de Pío. Pasado trece días —maltrechos, prácticamente sin armas y con un puñado de hombres—, se reencuentra con Raúl Castro en el lugar conocido como Cinco Palma, y en tales circunstancias, exclamó a los cuatro vientos: ¡Ahora sí ganamos la guerra! Tras unos veinte años del acontecimiento, el actual Presidente de Cuba confesó que en aquella altura había pensado “Ahora sí mi hermano se ha vuelto loco”. En correspondencia, a mí se me ocurrió decir: “En efecto, Fidel es el loco más cuerdo jamás conocido”.
En cuanto al segundo aspecto que deseo significar, esbozo lo siguiente: el 26 de Julio de 1989 en Camagüey, Fidel había advertido que si caía la Unión Soviética, aún en esas condiciones Cuba seguiría luchando por su Libertad, Independencia y Progreso. La situación quizás se presentaba como la más difícil/gloriosa para la Historia Patria: habíamos perdido alrededor del 80 por ciento de nuestra capacidad adquisitiva y el Águila Imperial intensificó su Guerra multilateral hasta el infinito. A la sazón, se daba por hecho que si Moscú creyó en lágrimas, La Habana tenía que ser la próxima víctima; en ello pensó, incluso, el mismísimo sabio Noam Chonsky. Sin embargo, el optimismo del Comandante en Jefe se desbordó de una manera que nos convocó a “Resistir y desarrollarnos” ¡en tan complicado contexto! Hoy, justo por ello, no solo le dimos un servicio muy relevante a la Humanidad (al salvarnos, nuestro ejemplo devino Internacionalismo de timbre superior) sino que también fortalecimos nuestro potencial científico-técnico (verbigracia, Industria Biotecnológica/Médico/Farmacéutica) que en la actualidad constituye la locomotora de la economía cubana.
Así, de cara a sus 89 Agostos, pienso que estas predicciones admirables de Fidel Castro nos han de servir de motivación profunda para tener la certeza de que más temprano que tarde, a partir de nuestros propios esfuerzos, dejaremos atrás penurias que todavía pesan en el grueso de cubanos/as; al paso que tengamos la convicción de que seremos capaces de salir airosos en la nueva etapa de las relaciones con las autoridades estatales de Estados Unidos de América —siempre conscientes/atentos a que el Lobo se viste de Caperucita Roja.
