Noel Manzanares Blanco - Cubainformación.- Desde que asomaron los primeros resultados de las recientes elecciones legislativas en la Patria de Simón Bolívar, no tuve la menor duda de estar de cara a un traspié adverso en extremo para las fuerzas revolucionarias de nuestra nación Hermana. No obstante, decidí esperar por el desenlace final ofrecido por la Comisión Nacional Electoral para tener una aproximación mejor al acontecimiento de marras con elementos de juicios más precisos; al tiempo que sostengo que se ha perdido un combate y la Revolución se decide mañana.


En verdad, encuentro endeble el fundamento que mantiene que el pueblo venezolano “ha decidido dar la espalda al chavismo el día en que se cumplían 17 años de la primera victoria de Hugo Chávez”. El hecho que la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) haya obtenido 109 escaños en la Asamblea Nacional y que pudiera sumar los tres alcanzados por la Representación Indígena (RI) ante los 55 del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), lo asumo lejos de pensar que el ciudadano/a de a pie en ese país sudamericano haya votado en contra de las tantas bondades que para las grandes mayorías edificó la Revolución Bolivariana.

Es un axioma que los procesos revolucionarios se alimentan de la necesidad de sobrepasar las penurias de las circunstancias que viven. Ello llevó a Lenin a hablar de la “situación revolucionaria”. Sin embargo, es un apotegma que las masas ganan la pelea por su bienestar no tanto porque exhiban la citada necesidad y sean un número respetable sino también por poseer organización adecuada y guía sabia —parafraseando a Marx. A esto agrego un complemento indispensable para el éxito de dichos procesos: me refiero a la capacidad para interpretar el momento histórico, y particularmente a ostentar educación política.

Resulta muy difícil encontrar a alguien que en plenitud de conciencia no desee escapar de restricciones y tener una vida digna, confortable, próspera para sí y sus seres queridos. Si a la sazón se acepta la máxima de Lincoln según la cual es posible engañar al pueblo un tiempo, entonces se comprende mejor que en medio de la Guerra Económica impuesta por el Capital foráneo e interno a Venezuela el grueso de sus habitantes se pronunciaran por un cambio sin saber a ciencia cierta del alcance de las propuestas de la MUD. No aparece en primer plano que el segmento mayor de la oposición que acaba de ganar en estas elecciones está compuesto por las mismas personas que repudian las ansias libertarias del ciudadano/a común y se inclina a lo Made in USA.

Pero hasta aquí, apenas he esbozado una arista de la trama en cuestión.

¿Cuánto no se hizo bien y/o dejaron de hacer los conductores de la Revolución del Comandante Chávez a favor de su pueblo? ¿Será que bolivarianos/as y chavistas estuvieron siempre a la altura de la extraordinaria confrontación ideológica amamantada por la adversidad del poder mediático contrarrevolucionario? ¿Podremos sostener sin riesgo al equívoco que el ejemplo de todos/as los cuadros del PSUV y sus familiares devenía atracción para la conducta de quienes simpatizan con el Socialismo en el Siglo XXI? ¿Por qué razón los tres votos alcanzados por la RI se cuentan hoy del lado de la oposición, si a fin de cuentas se trata de representantes de personas dignificadas por todo el proceso revolucionario? ¿Qué hacer en este escenario?, son algunas preguntas que formulo para a meditación.

Es un hecho que ante el descomunal revés, el Compañero y Presidente Maduro asumió un actitud Digna al reconocer y respetar lo sucedido como triunfo de la misma Democracia aupada por la Revolución Bolivariana; al paso que lejos de llorar, llamó a incrementar la acción de resistencia creativa para desalojar más temprano que tarde, por los propios canales constitucionales, a esa suerte de intrusos/as que pretenden volver a la penumbra típica del Capitalismo —aunque dudo que se atrevan, al menos por ahora, a desmontar los logros en la Salud, Educación… Mas, asimismo es un hecho que resulta de vida o muerte mandar al basurero aquellas posturas que en alguna medida provocaron y provocan un distanciamiento de los anhelos populares. En este empeño, sin vacilación alguna Cuba y Nuestra América seguirán su vertical acompañamiento a las ideas de Simón Bolívar y Hugo Chávez en predios venezolanos.

Por tanto, apuesto a que la Revolución Bolivariana, divorciada de lamentaciones a pesar del contratiempo que sufre, en lo sucesivo apelará/concretará la alternativa que significa Luchar y Luchar ¡Hasta la Victoria, Siempre!

 

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