Noel Manzanares Blanco - Cubainformación.- Un colega me preguntó el porqué había pasado por alto comentar la trascendental reunión que su Santidad el Papa Francisco y Su Santidad el Patriarca Kirill de Moscú y de toda Rusia sostuvieron el pasado 12 de Febrero en La Habana y que había sido anunciada por el Vaticano como histórico encuentro en Cuba por ser el primero en la Historia destinado a marcar una etapa importante en las relaciones entre las dos Iglesias. Le respondí que apreciaba que era suficiente y atinada la información que se había propagado. Pero resulta que en mi indagar al respecto, hallé el despacho de AFP Cuba, de antagonista a reconciliador internacional y ello me motivó escribir estas líneas.
Según la Agencia Francesa de Prensa, “Cuba tomó una altura internacional insospechada para un país que en teoría sufría aislacionismo: Ya en paz con Estados Unidos, se consolidó como el mediador confiable en la solución del conflicto armado en Colombia y del acercamiento del cristianismo tras el cisma de hace mil años”. “¿Cómo hizo la pequeña y única isla comunista del Caribe para jugar en las grandes ligas de la diplomacia internacional? Para los expertos, la respuesta no está únicamente en su discreto pero eficaz aparato diplomático, sino en su pasado de amistades y enemistades” —las negritas son mías.
Considero correcto que AFP reconozca que nuestra Revolución pertenece a “un país que en teoría sufría aislacionismo”. Recuerdo que unos treinta meses atrás, en Cuba: crece respaldo internacional tuve a bien recalcar en su inscripción que la Mayor de las Antillas “Es la soledad más acompañada jamás conocida. Atestigua la Feria Internacional de La Habana 2013. Potencia la Zona Especial de Desarrollo del Mariel”; al paso que glosaba en aquella altura que la Isla ya mantenía vínculos diplomáticos con la inmensa mayoría de los 193 Estados que integran la Organización de las Naciones Unidas que, a su vez, lleva largos años condenando la Guerra Económica de Washington vs. La Habana. Ahora, apenas agrego que Más de diez mandatarios nos visitaron en 2015.
No obstante, pienso que es un desliz propio de la penuria que por lo general escolta a los medios de comunicación foráneos cuando se refieren al Caimán Verde la afirmación de AFP en el sentido de que ya estamos “en paz con Estados Unidos”. A largas zancadas, insisto en que del Norte NO viene nada gratis, sin dejar de reconocer que es un gesto de buena voluntad las nuevas medidas del Presidente Obama ni que le concedo una enhorabuena a la primera visita del Ministro Malmierca a Washington. ¿O será que es una mentira que en el marco del anuncio de la más reciente postura de la Casa Blanca el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Ned Price, dejó en claro que “EEUU está poniendo de su parte para eliminar los impedimentos al pueblo cubano [a quienes desean el Capitalismo]”?
Entretanto, al tiempo que me parece justo que AFP le adjudique a la impronta del quehacer socialista en el ámbito exterior el protagonismo de “su discreto pero eficaz aparato diplomático”, asumo como disparatado y/o mal intencionado que la Agencia de Prensa gala resalte lo que ella entiende como nuestro “pasado de amistades y enemistades”. Así, me pregunto: ¿Qué este actor mediático con tal alusión al pasado le desea presentar al lector/a desde el punto de vista subliminal?
Aquí, me permito echarle en cara a este órgano de prensa francés que “El mejor modo de hacerse servir, es hacerse respetar. Cuba no anda de pedigüeña por el mundo: anda de hermana, y obra con autoridad de tal. Al salvarse, salva” —como escribió José Martí en Patria el 19 de Agosto de 1893. También, que en la Declaración Conjunta del Papa Francisco y del Patriarca Kiril de Moscú y de Toda Rusia consta: “Nuestro encuentro fraterno se llevó a cabo en Cuba, en la encrucijada entre el Norte y el Sur, el Este y el Oeste. Desde esta isla, un símbolo de esperanza del Nuevo Mundo y de los dramáticos acontecimientos de la historia del siglo XX, dirigimos nuestras palabras a todas las naciones de América Latina y de otros continentes” —las negritas son mías.
Por demás, al no obviar que el Papa Francisco al terminar el trascendental suceso resultó coherente con lo reflejado en esa Declaración sobre el “símbolo de esperanza” al manifestar que “No quiero irme sin dar un sentido agradecimiento a Cuba, al gran pueblo cubano y a su presidente aquí presente. Agradezco sus disponibilidad activa, si sigue así Cuba será la capital de la unidad” —palabras divulgadas hasta por el mismísimo el Nuevo Herald; entonces acredito que el encuentro de las queridas Santidades en el aeropuerto de La Habana es otra página que evidencia cuánta seriedad siempre ha acompañado a nuestra Revolución, y un Reconocimiento desde el exterior a los pasos de Cuba.
