Por Iroel Sánchez Espinosa - Blog "La pupila insomne".- En respuesta a un texto de la Vicepresidenta de la Unión de Periodistas de Cuba, Aixa Hevia, el corresponsal uruguayo Fernando Ravsberg ha citado al propagandista del fascismo alemán Joseph Goebbels (“si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan” y “miente, miente, miente que algo quedará”) pero bien pudiera aplicarse esas citas a sí mismo porque nada dice sobre  las mentiras que le señaló la Vicepresidenta de la Upecla denuncia de Darío Machado acerca de la castración que Ravsberg  hizo a un texto suyo, dos asuntos que resonaron en la web cubana durante los últimos días y que llevaron a un comentarista en la red social Facebook a afirmar sobre el corresponsal: “Parece que se ha tocado fondo, pero siempre se puede llegar más abajo”.


En vez de responder las manipulaciones que Machado y Hevia le señalaron, nuestro profesor de periodismo objetivo atrapado en falta, trata de echar goebelianamente una cortina de humo sobre sus manipulaciones anteriores, vendiéndose en papel de víctima amenazada y buscando generar solidaridad al mencionar publicaciones y personas la mayor parte de las cuales se ha mantenido al margen de su “denuncia”.

Pero quien sí se ha movilizado tras el artículo de Ravsberg es la maquinaria gubernamental de guerra sicológica contra Cuba. Después de publicado el referido post , la web de Radfio y TV Martí, emisora oficial hacia Cuba del gobierno de los Estados Unidos, se hizo eco de los planteamientos del corresponsal uruguayo.

Radio Tv Martí fue seguida de inmediato por el sitio CiberCuba, como hemos dicho antes, una versión para la web del célebre ZunZuneo que también regala saldo para celulares por difundir sus “noticias” y que como su ilustre antecedente mezcla temas neutros con la más evidente propaganda política.

A continuación, la web de propaganda anticubana Diario de Cubafinanciada por esa pantalla de la CIA que es The National Endownment for Democracyrepetía el patrón. Reveladores es lo menos que se puede decir de los aliados de Fernando Ravsberg en esta campaña que nos regala un nuevo mártir de la libertad de expresión, a la manera de los que nos la traen de importación y llevan décadas aplicando contra Cuba los consejos de Goebbels. Por más que el mártir de importación se ha esforzado en aparentar una equidistancia imposible, al lobo siempre se le ve la oreja peluda y solo quien cierre los ojos puede creer ya eso de que lo atacan por igual desde Miami y desde La Habana.

Diego M. Vidal, periodista argentino que fue colega de Fernando Ravsberg en la prensa extranjera acreditada en Cuba, relata una historia muy parecida a lo que estamos viendo ahora con la amplificación Radio Tv Martí y CiberCuba, data de los tiempos en que el uruguayo era corresponsal de la emisora hispana en EE:UU. TeleMundo:

“…en el 2003/2004 armó una bronca en [el mercado de Carlos III] para que un guardia lo sacudiera un poco y después hizo que su mujer llamara a la prensa internacional diciendo que le habían disparado… toda una mentira enorme que en ese entonces montó para Telemundo de Miami para quienes trabajaba…. varias veces amagó con irse de Cuba pero ahora la juega del buenito”.

No es sospecha, paranoia o teoría de la conspiración: los mismos que vimos hace unos días funcionar como un reloj para linchar a Randy Alonso operan ahora en sentido contrario para presentar a su nuevo mártir como víctima de un linchamiento.

Pero la película no es en blanco y negro, debe tener matices y mejor si usa nuestros símbolos. Fernando Ravsberg en su huida hacia delante cita al Che pero como casi siempre pasa con el que proclama una fe en la que realmente no cree lo hace mal: “El socialismo y el hombre en Cuba” no es un libro ni se llama “El socialismo y el hombre nuevo”, es una carta al periodista Carlos Quijano, uruguayo como él pero que Ravsberg, que tiene vicio de echar mano a cualquier cosa sin verificar fuentes ni saber qué es ni de dónde viene, desconoce, aunque sea un clásico del pensamiento marxista cuyo destinatario original es un compatriota suyo.

Comparto a continuación los desmentidos y comentarios sobre el más reciente post de Fernando Ravsberg de la propia Aixa Hevia en su perfil de Facebook – quien aclara lo que puede comprobarse leyendo lo que antes escribió: “en ningún momento pedí su expulsión, eso lo han solicitado varias personas en las redes sociales”. También recomiendo la lectura del post “Los temores que sí me quitan el sueño” del bloguero y profesor universitario Luis Ernesto Ruíz Martínez y el del profesor Carlos Luque Zayas Bazán titulado “Los pokemones del periodismo: ¿serio, responsable, atractivo?” quien dice algo que me parece esencial en esta polémica: “El blanco del falso látigo martiano de Cartas desde Cuba, no es mejorar nuestra prensa, ni el socialismo, pero eso ya se va haciendo evidente.”

Los silencios de Ravsverg. Por Aixa Hevia

En su post “Periodistas, malas noticias y expulsiones” del 25 de agosto, en Cartas desde Cuba, el periodista uruguayo Fernando Ravsverg, hace alusión al trabajo publicado en mi perfil de Facebook hace unos días (“Verde con puntas es “Guanábana”). Expresa sus criterios pero omite responder o hacer referencia al menos, a varios de los elementos que allí se esgrimen.

En ningún momento pedí su expulsión, eso lo han solicitado varias personas en las redes sociales. Por lo tanto es inexacto su trabajo. Recientemente, otros internautas volvieron a pedirlo, luego de que Darío Machado, Doctor en Ciencias Filosóficas, considerara que sus explicaciones nada explican, al referirse a la manera en que Ravsverg se justificó por una supuesta síntesis de su trabajo. De este gazapo periodístico que sucedió después de la salida de mi comentario, tampoco dice nada. Los invito a que vean el enlace “Una explicación de Fernando Ravsberg que nada explica”

De la omisión del periodista holguinero sobre lo que dijo Karina Marrón en el último Pleno de la Upec, precisamente relacionado con su persona, no se pronuncia, a pesar de que asevera en publicaciones anteriores que la intervención se reprodujo íntegramente. De este colega, traslado los temores de otros profesionales del gremio, teniendo en cuenta que no se está diciendo toda la verdad y por escoger un blog como el de Ravsverg para expresar su malestar, en medio de un proceso aún sin concluir.

Tampoco encuentro referencias al error de ubicar al Vicepresidente primero del país, Miguel Díaz-Canel, en un espacio donde no estaba, lo que lo obligó a rectificar su post inicial.

Dejo para el final, el silencio sobre el calificativo de Fidel Castro de “tendencioso y manipulador de la realidad”.

No incluí este tema en mis opiniones, pero aparecen después publicadas en el blog “La pupila Insomne”. Recordarlas luego de mi comentario, reafirma mis preocupaciones, y sobre esto Rasverg no se ha pronunciado.

Habla de periodistas sancionados, no menciona nombres, crea expectativas, no expone las causas, trata de formar ambiente de cacería, en fin. Como dije: Nos tratan de dividir.

Casi al final de su post Ravsverg asevera “Temen que sigamos desarrollando un periodismo diferente, un periodismo responsable, serio, veraz, oportuno, atractivo, crítico y elogioso a la vez”

¿Con los elementos expuestos anteriormente se puede hablar de periodismo responsable, serio y veraz?

Nada, que los camaleones, además de cambiar el color según las circunstancias y peligros, dicen los entendidos, tienen además la lengua extremadamente larga y pegajosa, con la que envuelven a sus víctimas. Y por cierto, aclaro. Él no es mi colega. Nunca lo será.

Los pokemones del periodismo: ¿serio, responsable, atractivo? Por Carlos Luque Zayas Bazán

“¿Con los elementos expuestos anteriormente se puede hablar de periodismo  responsable, serio y veraz?” Aixa Hevia Gonzalez: Los silencios de Ravsverg

Sorprendido in fraganti, y además, en  flagrante acto de distorsión periodística, no extraña tanto ya que a Fernando Ravsberg no le quede otro recurso que acudir a una táctica que en el ajedrez sólo le da resultado a los grandes maestros cuando están en peligro de perder la iniciativa: defenderse atacando.  Pero a los malos jugadores les suele suceder que empeoran su posición, y acaban inclinando el rey.

El autor, que envía sus “Cartas desde Cuba”, – pero que declara tener el objetivo de ayudar al pueblo cubano mediante el látigo de su “crítica”,  aunque “desde”, en buen romance, hace pensar que los destinatarios son principalmente “otros” que los cubanos, o en todo caso, es raro recibir cartas desde la misma casa) – hizo “extractos” de un artículo publicado por el Licenciado en Ciencias Políticas y Doctor en Ciencias Filosóficas, Darío Machado Rodríguez, quien desautorizó la “síntesis”, denunciándolo como un verdadero “refrito”, es decir, un atentado contra la ética de la profesión.

La “explicación” con la que respondió el periodista Ravsberg a la denuncia de Darío Machado,  resultará una joya del periodismo manipulador, digna de estudio en las cátedras de la profesión. El argumento aducido para justificar lo injustificable de una deformación del espíritu y la letra del pensamiento ajeno resultó argumentar  que el texto de Darío Machado tenía una “extensión inapropiada para la prensa digital” cuando, en todo caso, ¡esa es una razón que  sólo se puede aplicar al espacio limitado de la prensa plana tradicional!, y no al saco profundo que es la nube del ciberespacio.

Pero bueno, lo que no se podía confesar era el verdadero objetivo del “resumen”, que no era otro que entresacar aquello que contribuyera a la imagen que proyecta en todos sus escritos el periodista: arrojar una luz muy peculiar, siempre hipercrítica y sombría sobre la problemática cubana, pero ahora utilizando, con falta de honestidad profesional, la crítica honesta de sus mejores intelectuales, y en eso radicaba toda la óptica “subjetiva” argumentada en el comentario con el que Ravsberg respondía a la requisitoria de Darío Machado por la no autorizada deformación de su texto. Pero no sólo eso: Darío Machado le dejaba bien claro que había otro “desliz” agregado: la “síntesis” no era de Cubaperiodistas, sino del propio Ravsberg, con lo cual, al pecado de manipulación, se sumaba otra “inexactitud” nada ingenua. Y en un periodista que  presentaría en su defensa el currículo de ser un avezado discípulo de un curso de 22 años en la BBC, ya eso parecía bastante más raro de digerir.

Pero todo esto ya va siendo parte de la historia que tan agudamente describió Eduardo Galeano, (esa que se pasea con delectación por sobre la más nimia falta cubana, mientras campea, miope, por el abigarrado mundo, a los ojos impasibles de los objetivos periodistas), si no fuera por el más reciente artículo del autor de la “síntesis”.

En “Periodistas, malas noticias y expulsiones, el autor adopta el tono de la amenaza cuando declara que, de ser expulsado, continuaríamos informando desde fuera de la isla”, aunque para ello tendría que rebautizar su blog y quién sabe el nuevo título que tendría. Una voluntad de servicio nada despreciable pero que dudosamente es un servicio a Cuba.

Sin embargo, en el nuevo artículo se suman otras joyas. Puede ser un lapsus maltitular la carta que el Che enviara a Carlos Quijano, conocida ahora como “El socialismo y el hombre en Cuba”, y que Ravsberg presenta esta vez como un libro, y encima mal titulado por él, a saber, “El Socialismo y el hombre nuevo”. Puede ser también – ¿otra distorsión? – que el lector del supuesto “libro” del Che al fin y al cabo citara de oídas, y no reparara que allí en puridad el Che se refería a la problemática de la creación artística y literaria, y no directamente al periodismo. Pero eso es lo que “cita” (o resume) el periodista. Con razón Darío Machado advierte el desleal procedimiento seguido con su texto, pues eventualmente muchos lectores, esos que prefieren la brevedad digital y que se solazan con la hipercrítica del momento, después no acuden a comprobar que en aquella carta no es cierto que “el legendario guerrillero  alertaba sobre la creación de una prensa parásita del poder”, como afirma, otra vez sorprendentemente,  Ravsberg, mal arrimando las brasas de un pensamiento superior a la sartén de sus intenciones. Pero si se hace con tales inexactitudes, mal favor le hace al lector.

Y esos parecen ser detalles para quien “informa” sobre  la asistencia a un evento de una persona que no estaba, o acusa de actitud  goebbeliana a otra periodista, cuando después acude al expediente del tristemente célebre y nazi personaje, y se aplica al principio de que  “si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”, pues nada aparece aquí ahora sobre las mentiras denunciadas por la Vicepresidenta de la UPEC, y ningún análisis sobre la denuncia de Darío Machado, o los análisis de Iroel Sánchez, recientes y pasados, acerca de su quehacer. Nada que no sea más de lo mismo. Pero el lector llano se pregunta qué derecho puede tener un periodista a denunciar las falencias del periodismo cubano, o cualquier otro, cuando él mismo da un ejemplo incontestable de dudosos procederes y, además, lo deja sin esclarecimiento frontal, se ve obligado a una en una lamentable disculpa, y excluye de publicar en lo futuro a un prestigioso académico que lo sorprende en falta.

De cualquier manera, y contra toda la contundencia de las pruebas recientes que no afronta, el periodista afirma que hace “un periodismo responsable, serio, veraz, oportuno, atractivo, crítico y elogioso a la vez”. Ni responsable, ni serio, ni oportuno, y diríase, ni ético ni profesional, es su colección de inexactitudes y manipulaciones recientes, que rayan, hay que admitirlo aunque ya con cierta vergüenza ajena, en la mentira.

Atractivo será para quienes suelen tener los oídos, y los estómagos, dispuestos a enfatizar los lunares y descontextualizar los análisis, los que prefieren leer las breves pincelas tendenciosas que alimentan sus propias visiones, o justifican sus propios desánimos, atractivo para quienes se solazan y alegran en hacer esa labor de zapa denunciada por Raúl, para desanimar y mellar voluntades, y como ya se ha advertido, dar en el blanco que se busca, y no se confiesa, que es el de la Revolución. El blanco del falso látigo martiano de Cartas desde Cuba, no es mejorar nuestra prensa, ni el socialismo, pero eso ya se va haciendo evidente. Es por eso que tiene razón Hevia cuando dice que cada vez son más a los que molesta el periodismo de Ravsberg. No por crítico, sino porque se hace evidente la intención, la superficialidad, la inexactitud, la descontextualización, y unos elogios que pocas veces tienen el nervio de la sinceridad. Lo elogioso, combinado con los frecuentes textos breves, con esas pinceladas sombrías que por cortas pueden quedarse más fácilmente en la mente del proclive lector, es el periodismo de la “atractiva” falta de la profundidad y el rigor. El elogio no es más que aquella combinación que recordaba Emilio Ichikawa entre el clásico procedimiento de la cal y la arena cuando lo proponía para un “premio a la sinuosidad periodística”:

“Ese Ravsberg lo mismo le mete mano a un médico internacionalista que a la falta de libertad… Y cuando parece que lo van a botar de Cuba le pone la difícil a Modig y Carromero o le baja una guataquería a Raúl…”

Fidel lo diría con la valiente sinceridad que le define: “un periodista tendencioso” y, todo parece indicar, proclive a la inexactitud, le hace hoy sinergia a esas oscuras intenciones de las guerras mediáticas.

La orquestación demoníaca, sincopada y constante de una óptica tendenciosa sobre la realidad cubana en los medios que están al servicio de poderosos intereses, influye en las personas, hasta tal punto, como advierte Iroel Sanchez, que gente sencilla, dañada por esos mismos súbditos de los intereses enemigos de su bienestar, se hacen eco y repiten las matrices de opinión sembradas en el imaginario social contra los pueblos, las personas y los gobiernos que se le oponen. Es el resultado de aquel principio de la guerra psicològica, que no es una mera teoría de la conspiración, sino dicho por uno de los creadores de la guerra psicológica: repetir tanto, difamar y mentir, e influir de tal modo en las mentes, hasta hacerles creer que defienden sus propias opiniones e ideas. No hay plan màs artero y sus vìctimas más fáciles son las que  permanezcan en la ignorancia. Hoy miles de personas suelen correr tras los pokemones, implantados artificialmente en las realidades. Ya no asombra que existan los pokemones del pensamiento, sus creadores, sus servidores, sus seguidores, y los que calladamente medran a la espera de la oportunidad de desmontar la única esperanza que le queda al socialismo hoy en el planeta. Mal servicio ese.

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