Por Iroel Sánchez Espinosa - Blog "La pupila insomne".- Semanas atrás publiqué una denuncia en este blog y en el diario Granma acerca del vandalismo contra el embellecimiento de paradas de óminbus en La Habana. (Ver “La Habana: Vándalos contra el 500“)
Satisface que esos lugares hayan recuperado su imagen, incorprando una advertencia contra el vandalismo y albergo la esperanza de que más allá de esas acciones puntuales se esté trabajando en algo que el artículo planteaba en un sentido menos coyuntural:
“la necesidad de, siguiendo el ejemplo de la Reforma Constitucional, impulsar un debate popular para un nuevo reglamento urbano que “actualice y difunda la defensa de lo común, penalizando los comportamientos que –desde la agresión sonora en el transporte por choferes y pasajeros, hasta el maltrato a contenedores y el arrojar basura a la vía pública– en otros lugares reciben multas que pueden alcanzar hasta un salario mínimo y la obligatoriedad de trabajo social en labores comunales” y de “una transformación cultural profunda que lleve al rechazo de los comportamientos que dañan el espacio público, y una actuación enérgica de las autoridades que impida su impunidad, muy pronto nos tendrán de regreso en el mismo punto de partida, o tal vez más atrás”
Igualmente, alienta y produce alegría la noticia de que se restaura la Tribuna Antimperialista José Martí y su Monte de las banderas, asunto sobre el que varios compañeros nos pronunciamos en la red social Twitter el pasado mes de enero a partir de un tuit del Presidente Miguel Díaz Canel en que se mostraba la imagen de ese lugar inaugurado por Fidel a raíz de la lucha que encabezó por el regreso del niño Elián González, secuestrado por los mismos que hoy quieren extremar el bloqueo para rendirnos por hambre y enfermedades.