Nacida en Buenos Aires (argentina) el 19 de noviembre de 1937, Haydée Tamara Bunke Bider, más conocida como Tania la Guerrillera, fue una revolucionaria que participó en la guerrilla del Che en Bolivia.
Sus padres, alemanes (aunque su madre había nacido en Polonia) eran comunista. Él, Erich Bunke, fue militante del Partido Comunista Alemán en 1928, y huyó con su esposa a Buenos Aires en 1933 de la persecución nazi. Como ha quedado dicho, Tamara nació en la capital argentina.
Tenía 12 años cuando en 1951 los padres regresan a su país para ayudar en la reconstrucción de la República Democrática Alemana, de Gobierno socialista. Tamara se integró a la Juventud Libre Alemana y ya, con 18 años, comenzó a militar en las filas del Partido Socialista Unificado de Alemania.
Tamara Bunke conoció a Ernesto Che Guevara en 1960. Esto sucedió durante el viaje que el Guerrillero Heroico realizó conoció a la República Democrática Alemana al frente de una delegación comercial; Tamara y su madre hicieron de traductoras.
Ambos argentinos, ambos de ninguna parte, el Che y Tamara tenían muchos lazos en común y, desde entonces, se creó un circuito de simpatía entre ellos. Tamara decide establecerse en Cuba y contribuir a la defensa de la primera revolución socialista latinoamericana. Posteriormente, se instaló en Cuba. Su intención fue la de defender a la Revolución.
Fue en 1963 cuando comenzó sus entrenamientos para el trabajo de inteligencia. En ese momento nació Tania, la misma que más tarde se incorporara a la guerrilla del Che en Bolivia.
La labor revolucionaria de Tania la Guerrillera fue ardua y muy extensa; parte de ella de creación de infraestructura y de inteligencia. También condujo al traidor Mario Monje, Secretario General del Partido Comunista de Bolivia (en diciembre de 1966), al campamento guerrillero, donde los esperaba el Che. Pero no voy a extender en ello ahora. No es propósito de esta nota.
Sucedió que hubo dos deserciones, la de Vicente Rocabado Terrazas y Pastor Barrera Quintana, quienes informan al ejército boliviano, a sus servicios de inteligencia y a los oficiales de la CIA, de la presencia de Tania en el campamento guerrillero. Este contratiempo provocó que Tania se incorpora de manera definitiva a la lucha armada de la guerrilla.
En agosto de 1967, otra traición (la del campesino Honorato Rojas) condujo a la muerte, en una emboscada del ejército boliviano, de Tania la Guerrillera. Como habían convenido los guerrilleros sin conocer que Rojas había alertado al ejército del general Barrientos, les hizo de guía un trecho y les indicó el Vado del Yeso en un intento de cruzar el río Grande.
Cuando todos los guerrilleros se hubieron sumergido en el torrente (excepto José Castillo), con la mochila pesada y sosteniendo el arma sobre la cabeza, el capitán Mario Vargas impartió la orden de abrir fuego desde ambas orillas. Varios resultaron muertos y otros asesinados en el mismo momento, entre ellos Tania, que se había sumergido la penúltima en el río.
Les llegaba el agua a la cintura a todos los guerrilleros cuando sonaron las primeras ráfagas. Al parecer, Tania intentó empuñar su fusil, pero antes una bala le atravesó el pulmón. La corriente la arrastró hasta quedar detenida en un remanso. La soldadesca encontró su cadáver siete días después.
Hoy todavía, manos desconocidas depositan flores cada 31 de agosto en el lugar donde se encontró su cuerpo. Tania la Guerrillera aún tenía 29 años cuando ofrendo su vida por la revolución continental.
Identificados, sus restos, fueron trasladados a Cuba en 1998, donde reposan en un mausoleo en Santa Clara, junto a los del Che y demás guerrilleros.
En la imagen del centro, Che y Tania
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