Coordinadora Estatal de Solidaridad con Cuba de Madrid – Cubainformación.- Mediante una decisión tan infame como hipócrita, el Gobierno de Estados Unidos ha incluido a Cuba en la lista de países que apoyan y promueven el terrorismo. Es un gesto infame porque el gobierno de ese país no tiene ninguna autoridad moral ni de ningún tipo para confeccionar listas sobre nada. La política imperialista de todas las Administraciones yanquis ha sido condenada internacionalmente por actos terroristas; como la Administración Reagan contra Nicaragua. La Casablanca ha promovido golpes de Estado y sostenido dictaduras sanguinarias, como la de Pinochet en Chile; ha bombardeado poblaciones civiles, millones de personas a lo largo de su historia, con NAPALM, Fósforo Blanco o mortíferas bombas de racimo; ha invadido sistemáticamente a otros países y provocado guerras inhumanas cuando le ha convenido a sus multinacionales; sostiene manu militari un sistema económico y social, el capitalismo, que mantiene en la miseria a las cuatro quintas partes de la humanidad, transforma las personas en mercancías y prostituye todo lo que toca; y esta es sólo la millonésima parte de la podredumbre que acumula el imperialismo norteamericano a lo largo de su historia; carece por tanto de legitimidad alguna para declarar quien es o no responsable de promover el terrorismo.
Es una decisión doblemente infame hacia Cuba porque este país ha sufrido innumerables atentados terroristas, provenientes la inmensa mayoría de territorio norteamericano, con más de 3.500 víctimas, entre personas muertas o heridas gravemente; mientras tanto, los ejecutores intelectuales y materiales de tales crímenes se pasean impunemente por las calles de Estados Unidos sin ni siquiera ser molestados por las fuerzas policiales. Por no hablar de Guantánamo, una base ilegal que usurpa territorio cubano por la fuerza, convertida en centro de tortura y desapariciones clandestinas.
Es también un gesto absolutamente hipócrita, porque Cuba ha sido desde el principio uno de los países que más ha luchado contra los atentados terroristas. El Gobierno Cubano ha proporcionado a las agencias policiales yanquis información sensible y fidedigna sobre potenciales actos de terrorismo contra la isla; sin embargo, los gobiernos norteamericanos han utilizado estos datos no para prevenir crímenes de terrorismo, sino para detener a los Cinco Héroes Revolucionarios Cubanos. Estos cinco jóvenes, para conseguir esa información, a riesgo de su vida se infiltraron en organizaciones de ultraderecha, afincadas en Miami con el completo beneplácito de las autoridades locales y nacionales.
Después de ser condenados injustamente, mediante un juicio farsa, a base de cargos falsos, la Administración penitenciaria de Estados Unidos se ensaña brutalmente con Los Cinco. Los encierran arbitraria y prolongadamente en celdas de castigo, sabotea su posible defensa e impide sin motivo la visita de sus seres queridos a dos de ellos. La historia de estos cinco héroes revolucionarios cubanos es la demostración palpable de la falsedad del sistema capitalista en cuanto a impartición de justicia y respeto a los Derechos Humanos. Es también la historia de una doble venganza contra ellos: la de la mafia ultra y terrorista de Miami por impedir atentados contra el pueblo cubano y la del imperialismo por su fracaso en derrocar a la Revolución Cubana. Por eso los medios de comunicación del capital tienen absolutamente silenciado su caso, porque demuestra sin paliativos la doble moral del capitalismo.
¡Rotundamente No! Ningún gobierno imperialista es quien para confeccionar listas de ningún tipo basadas en valores morales y humanitarios, porque ellos son los primeros en pisotearlos.
Nuestra organización de solidaridad con Cuba denuncia con absoluta firmeza este obsceno gesto, no solamente contra el pueblo cubano, sino contra el mundo entero por la dosis de cinismo e hipocresía que contiene. Hacemos un llamamiento a la opinión pública para que rechace rotundamente tan falsa declaración, más aún viniendo de quien viene, que tiene en su poder prácticamente los recursos del mundo entero y los usa para la defensa implacable de sus más repugnantes en inconfesables intereses.
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