Agnerys Rodríguez Gavilán  - Juventud Rebelde.- Unas 35 000 personas y más de 500 objetivos económicos y sociales, ubicados en zonas rurales de difícil acceso, se benefician con el programa hidroenergético nacional que hoy se revitaliza. En el 2007 las 180 instalaciones en servicio generaron más de 100 000 megawatts y ahorraron al país más de 30 000 toneladas de combustible


Más de una pregunta entre colegas y lectores suscitó la publicación el martes 18 de marzo, en esta misma página, del reportaje Las luces del agua, de la colega Odalys Riquenes Cutiño, sobre los resultados y perspectivas en la utilización de los recursos hídricos para generar electricidad en la provincia de Santiago de Cuba.

¿Es solo en Santiago de Cuba donde se procura llevar la corriente hasta sus más intrincados parajes por medio de la hidroelectricidad? ¿Cuán cerca o lejos se está del propósito de convertir a uno de sus municipios, Guamá, en el primer parque hidroenergético de la provincia y el país, y ser también el primero en conectarse al Sistema Electroenergético Nacional (SEN) mediante una fuente alternativa? Si de generar electricidad a partir del agua se trata, ¿en qué punto está el país? ¿Cuáles son los resultados que pueden mostrarse ahora mismo? ¿Hasta dónde podría llegar? ¿Cuántas personas y objetivos económicos y sociales tienen hoy luz gracias a la hidroenergía? ¿Le ahorra combustible al país? ¿Cuál es su relación con el medio ambiente?

En busca de las respuestas, este diario acudió a Carlos Manuel Pazo Torrado, coordinador del Grupo de Energía Hidráulica y director general de la Empresa de Hidroenergía, del MINBAS. Fue un diálogo en el que se hizo acompañar por sus homólogos en las provincias de Santiago de Cuba, Pinar del Río, Villa Clara, Cienfuegos y Guantánamo.

Como resultado, JR conoció de lo general y lo particular vinculado a esta problemática, y tuvo la confirmación de que al Estado y Gobierno cubanos nada humano le es ajeno.

Un programa de la revolución energética
 
Carlos Manuel Pazo. Foto: Baldrich
«El Programa de Hidroenergía en Cuba forma parte de la Revolución Energética y uno de sus objetivos más importantes es ahorrarle combustible al país», precisa.

«El año 2007 concluyó con una potencia instalada de 62 megawatts —abunda—. Y las 180 instalaciones en servicio generaron más de 100 000 megawatts/hora, ahorrándole al país más de 30 000 toneladas de combustible».

Otro objetivo del Programa está relacionado con el beneficio social. «Llevar la electricidad a aquellos sitios donde no es posible por medio de la conexión con el SEN, es vital para la Revolución. Se trata de que personas, comunidades y centros económicos y sociales enclavados en zonas rurales de difícil acceso tengan corriente, como popularmente se conoce, a la electricidad, y ello contribuya a una mejor calidad de vida».

Como resultado de esa política, apunta, en 2007 se beneficiaron 35 000 habitantes y más de 500 objetivos económicos y sociales. En este último caso, entiéndase viviendas, consultorios del médico, campamentos del Ejército Juvenil del Trabajo, escogidas de tabaco, círculos infantiles, postas médicas, escuelas, salas de video, bodegas, en fin, diversos sitios que hacen posible no solo tomarse un vaso de agua fría, sino también disfrutar las bondades de los programas de la Revolución, siempre y cuando se regule el consumo en cada lugar, de acuerdo con las capacidades de generación de la planta instalada, la cantidad de habitantes y el número y naturaleza de los objetivos económicos.

No menos importante, advierte el Director General de la Empresa de Hidroenergía en nuestro país, «es el impacto ambiental del Programa. Gracias a la generación de electricidad con el empleo del agua, en 2007 se dejaron de emitir a la atmósfera más de 80 000 toneladas de

dióxido de carbono, lo cual confirma la validez en el empleo de una fuente de energía limpia, que no arremete contra el medio ambiente».

Poner en funcionamiento o mejorar 42 instalaciones hidroeléctricas que estaban paralizadas fue otro logro del Programa el pasado año que no podemos obviar. Recordemos que en el país existen instalaciones hidroeléctricas con 20 años o más de explotación, muchas de las cuales no recibían acciones de rehabilitación o mantenimiento desde hace algún tiempo. Otras las tendrán de manera gradual, en correspondencia con la disponibilidad de recursos financieros y materiales indispensables.

De tal suerte se realizan —y se llevarán a cabo— un grupo importante de inversiones para renovar su equipamiento, sustituir las líneas de transmisión y distribución, y las conductoras, de manera que se genere electricidad cada vez con más estabilidad y calidad.

Pazo Torrado considera que «la creación del Grupo Nacional de Hidroenergía ha permitido integrar a los hombres de mayor experiencia en la actividad, estudiar las mejores aplicaciones en el mundo, fortalecer las relaciones de cooperación con 17 países, desarrollar proyectos con el Fondo de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), y otras organizaciones que han facilitado financiamiento externo. En estos resultados ha desempeñado un papel protagónico la Empresa de Hidroenergía».

De oriente a occidente
Pero no solo en Santiago de Cuba se utilizan los recursos hídricos del territorio para generar electricidad. De una punta a otra de nuestro archipiélago, cientos de moradores conocen el misterio de la luz gracias a esta alternativa.

Las 180 en servicio en el año 2007 están ubicadas, a filo de agua, en ríos, arroyos y en presas, en los más disímiles parajes.

Hoy en el territorio nacional hay localidades que cuentan con servicio eléctrico las 24 horas; otras, entre 19 y 16, y las hay que lo tienen ocho, pero son las menos, reconocen Pazo Torrado y algunos de sus homólogos en provincia. «Para que sean más las horas con servicio eléctrico es que el país, el grupo y la empresa estudian todo su potencial hidroenergético y cuáles son las tecnologías idóneas para su uso».

«Sabemos muy bien —argumenta el Director General de la Empresa de Hidroenergía— que la importancia principal de lo que hacemos está vinculada con el beneficio social. Hay algunos ejemplos, como la comunidad de Los Gallos, en Maisí, de la provincia de Guantánamo, que llevaba diez años sin recibir electricidad y con el esfuerzo financiero del país, con la participación popular, con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas, se logró en tiempo récord reestablecer la hidroeléctrica del lugar.

«Eso es en Guantánamo, pero si vamos a la comunidad de El Mulo, en el municipio de Minas de Matahambre, en la provincia de Pinar del Río, nos encontramos una situación similar. Allí se construyó una micropresa para generar electricidad, que ya tiene mucho tiempo de explotación. Ahora, con nuevas tecnologías, con un equipamiento renovado, con el trabajo de los ingenieros, técnicos y obreros, y con la participación popular en su protección, la minihidroeléctrica posibilita que los moradores puedan usar las ollas arroceras, y se van a probar los nuevos refrigeradores que se están entregando.

«Allí, además, hay consultorios médicos, escuelas, cooperativas y casas de tabaco, entre otros, que también se benefician con la electricidad que genera la mini».

Otro ejemplo lo tenemos en la provincia de Sancti Spíritus, en la que se trabaja para la puesta en marcha de la pequeña central hidroeléctrica Zaza en el segundo trimestre de este año, señala Pazo Torrado. Una brigada con ingenieros, técnicos y obreros de todo el país acomete las labores que se requieren, entre las que cobra especial relevancia el gran montaje electromecánico que debió ejecutarse.

«Es una pequeña central hidroeléctrica (PCHE) que se comenzó a construir hace alrededor de siete años, y por falta de recursos financieros y materiales no se había podido concluir. Este año, con el impulso que se le ha dado en el país a la energía, se ha logrado una integración de diferentes factores: MICONS, Recursos Hidráulicos y la Empresa de Hidroenergía para concluirla».

«Va a ser la mayor instalación de ese territorio», afirma con orgullo Wilfredo López Hernández, director de la Unidad Empresarial de Base de Hidroenergía Villa Clara, uno de los invitados al diálogo con JR. «Estamos planteándonos que en este 2008 produzca más de

11 000 megawatts. Téngase en cuenta que en el 2007 las 15 hidroeléctricas en la región que atendemos —Villa Clara, Sancti Spíritus y Ciego de Ávila— generaron más de 4 500 megawatts/hora».

Más del primer parque
Guamá será el primer parque hidroenergético de la provincia de Santiago de Cuba y del país, y el primer municipio en conectarse al SEN por medio de la generación de electricidad con una fuente alternativa, confirma Pazo Torrado.

«Es un proyecto a largo plazo. Para llevar a cabo este propósito estamos hablando de tres etapas de trabajo. Durante una primera, en la cual se mejoran las instalaciones hidroeléctricas existentes, se ejecutará la interconexión de 12 de sus 17 fuentes generadoras de manera gradual, y con estas acciones se mejorará la calidad del servicio.

«Después vendrá una segunda etapa, en la que el municipio, aprovechando ese potencial de agua y de condiciones topográficas, se au-

toabastecerá con una fuente de energía renovable; y un tercer momento, en el que se ejecutarán otras inversiones importantes y el municipio se conectará al SEN».

Pero insisto, recalca el directivo, es un proyecto a largo plazo, en el que ya se trabaja. Permitirá, entre otras mejoras, la instalación de equipos automatizados, la rehabilitación o sustitución de las redes y conductoras, el cambio de las líneas de transmisión y distribución y de todo lo indispensable para llevar la electricidad desde las instalaciones hasta las viviendas u objetivos económicos.

Siempre la gente
Desde el punto de vista técnico, la estrategia del país es construir pequeñas hidroeléctricas para proteger el medio ambiente, precisa Pazo Torrado.

«En 2008 debemos seguir creciendo. Se debe llegar a 70 megawatts de potencia instalada en el país. Este incremento lo deciden las hidroeléctricas de Bueycito, en Granma; la de Moa, en Holguín; Zaza, en Sancti Spíritus; y San Blas, en Cienfuegos. Y todo ello se traducirá en más personas y objetivos económicos sociales con luz, mayor ahorro de combustible, menos emisión de gases contaminantes y una generación limpia.

«De cara al futuro, lo más importante es estudiar y actualizar el potencial hidroenergético del país, concluir los estudios de factibilidad de 21 pequeñas centrales hidroeléctricas, y potenciar la ejecución de instalaciones en las presas porque, precisamente, lo más costoso es construir las presas y ya están hechas. Se aprovecharán también las posibilidades que existan en ríos, canales, en las conductoras de agua... todo el potencial hídrico disponible», concluyó Carlos Manuel Pazo Torrado.

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