Granma.- El Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque presidió la ceremonia de inhumación de los restos de los combatientes del III Frente Doctor Mario Muñoz Monroy caídos en combate o fallecidos después del Triunfo de la Revolución.
A la ceremonia -realizada en el mausoleo erigido a los héroes y mártires de ese destacamento guerrillero- asistieron los miembros del Buró Político, general de cuerpo de ejército Ramón Espinosa Martín, viceministro de las FAR, y Misael Enamorado, junto al general de división Onelio Aguilera Bermúdez, jefe del Ejército Oriental.
Integrantes de la Unidad Especial de Ceremonias de las FAR y cadetes de la Escuela Interarmas Mayor General José Maceo Grajales trasladaron los restos y los depositaron en los nichos del conjunto monumentario.
Un pelotón de fusilería realizó tres disparos de salva como tributo a los primeros 40 combatientes sepultados en el mausoleo.
A partir de este 6 de marzo arde la Llama Eterna del III Frente Oriental que, al decir de Almeida, nació de la experiencia combativa del Ejército Rebelde, cumplió con honor la misión asignada por Fidel y fue un puntal en la victoria del 1ro de enero de 1959.
Hermes Alonso, primer secretario del Partido en el municipio de III Frente, aseguró que recibían los restos de los mártires con orgullo y admiración, con el compromiso de continuar su obra.
Entre los inhumados figuran 12 fundadores, tres caídos en combate, 16 asesinados, uno que murió en Playa Girón y otros que fallecieron con posterioridad al triunfo revolucionario, y que se encontraban en los panteones de diferentes municipios de las provincias de Holguín, Granma, Ciudad de La Habana, Ciego de Ávila y Santiago de Cuba.
Este mausoleo se inauguró en 1998, dispone de 217 nichos y se construyó en la cima del potrero La Esperanza, donde en 1957 un grupo de campesinos de la localidad izaron por primera vez en esta vertiente de la Sierra Maestra, principal macizo montañoso de la Isla, la bandera del Movimiento 26 de Julio.
Fue edificado con mármoles de varios colores, cuenta con cinco bloques y una plaza central en la planta baja. En torno al monumento se encuentra la Llama Eterna, la bóveda principal, el bloque femenino y un grupo de palmas que representa el número de combates y la entereza de sus integrantes.
Las califas rojas simbolizan la sangre derramada. La música de Juan Almeida —interpretada por la banda del Estado Mayor General— completan la sobriedad de la instalación. (JAT)
