Algunos trabajadores de Acopio, en Güira de Melena, tienen la respuesta para sus propias quejas

Ana Margarita González - Cuba Trabajadores.- Misael Sosa tiene grandes insatisfacciones con el salario que devengan los trabajadores de la Unidad Básica de Comercialización (Acopio) de Güira de Melena. Después que pasaron a la Empresa Agropecuaria Municipal (hace casi dos años) están vinculados a los resultados de la producción, pero no reciben estimulación cuando la unidad obtiene ganancias. El criterio del secretario general de la sección sindical de dicha unidad lo sostuvo un grupo de estibadores en un encuentro con esta reportera.



Además sumaron sus desavenencias por la falta de zapatos, de medios de protección y la inadecuada alimentación.

Daniel Piedra planteó que, después de 23 años laborando en la entidad, le dieron dos mudas de ropa, mientras Misael agregó que les entregaron una sola muñequera, “y tenemos dos manos”, las fajas son extremadamente grandes, y ha planteado en dos ocasiones la necesidad de contar con guantes para trabajar con el plátano, y no ha recibido respuesta.

Otro estibador, Jorge Luis Mirabal, aseguró que si llegan a ganar 700 pesos en una quincena, les bajan el salario en la siguiente aunque realicen el mismo trabajo; a veces les cambian el valor del quintal de vianda estibado, y Misael afirmó que en ocasiones, a la hora de cobrar, no reciben el salario acorde con la cantidad de sacos cargados, porque les dicen que no hay más dinero para pagar.

Según los entrevistados, no hay normador en el centro, pero saben que por manipular un saco lleno les corresponden 30 centavos y 20 centavos por una caja. A los obreros del área de divisa sí les pertenece estimulación salarial cuando obtienen ganancias.

Alfredo Marrero, jefe de almacén en el área de beneficio a los productos destinados a la venta en divisas, explicó que ellos tienen un sistema de pago diferente al resto de los trabajadores: salario básico y estimulación de acuerdo con las ganancias de la unidad, lo cual corroboraron la dirigente sindical Araceli Urrutia y otras obreras en la pequeña planta de beneficio.

Al sinnúmero de quejas, el custodio Pedro González agregó otra: “no me dan puntos para comprar en la tienda, aun cuando cumplo lo establecido en mi contenido de trabajo”.

El ajo en almacén no genera los ingresos planificados

La preocupación del técnico en gestión de la calidad, Mario Valle Macías, es la cantidad de ajo almacenado en una de las naves de Acopio, sin tener las mejores condiciones ni una salida para la comercialización, limitando esto último los ingresos de la unidad.

“El problema existe desde que se comenzó a guardar: antes debió fumigarse la nave para prevenir el ataque de plagas; no hay montacargas y tenemos que pedir uno prestado cada vez que llega cierta cantidad; tampoco existen pallets para trasladarlo de las carretas a la nave, ni cujes para colocar el producto.

“Al principio se mojaba el ajo; hay más de 5 mil quintales afectados por ese motivo, eso disminuye su calidad y aumenta las mermas, que normalmente son del 2% cada mes. La empresa ha hecho gestiones para que Comercio Interior lo compre y lo ponga en mejores almacenes, pero el ajo sigue ahí”.

Según el técnico, en la mencionada instalación existen más de 7 mil quintales de ajo en matas y otros 10 mil destinados a la industria desde hace tres meses. Y advierte sobre medidas que se deben tomar ante una avalancha de plátano, malanga y boniato, para que no se repitan las pérdidas como sucedió a mediados del 2009.

Argumentos diferentes

Herminio Ravelo, administrador de la Unidad de Comercialización de productos agrícolas en Güira de Melena, es parco en cada respuesta: “Ha habido una mejoría con el salario de los obreros directos a la producción (se paga a destajo), no así con el de los indirectos, que no tienen estimulación salarial.

“Trabajamos con un plan de ingresos y no lo hemos podido cumplir este año, eso incide y deteriora indicadores.

Por ejemplo, en abril tuvimos una ganancia de 463 mil pesos, sin embargo ingresamos 11 millones de pesos, de los 17 millones previstos.

“Estamos sujetos a un sistema de pago por resultados, con tres subsistemas; los directos son los que más ganan. Los trabajadores tienen una confusión, la estimulación es consecuencia de la gestión económica y la vinculación es el resultado del trabajo diario, son actividades afines, pero diferentes.

“Nos desprendimos de la Empresa provincial de Acopio con un sistema salarial totalmente distinto al que tiene la agricultura. Nuestro objeto social cambió, ya los estibadores no llevan productos a la capital para distribuir la canasta básica ni al mercado, ni van al campo a cargarlo, solo manipulan las mercancías dentro del centro.

“A partir de una visita del Sindicato provincial hicimos un estudio y logramos mejorar la tasa y aumentar la vinculación de los directos a la producción. Estamos en un proceso de redimensionamiento de las plantillas (están sobregiradas) a partir de las nuevas misiones. Proponemos dejar la fuerza necesaria para que ganen mejor salario y al resto hacerle otras ofertas de trabajo: de los 45 estibadores quedarán 25.

“Aquí hay gente que protesta, pero no trabaja a la par de los demás. Adolecemos de poco sentido de pertenencia, entendido este como estar al frente en todo: pintar, chapear, cuidar; este es un sector donde laboran muchos trabajadores que cumplieron sanciones, un personal que va y viene. En el caso de los directos, la fluctuación laboral oscila entre 20 y 25 por ciento.

“A los trabajadores se les entregó ropa, aunque no pudimos adquirir zapatos porque, teniendo dinero, nos faltó oferta. Los puntos para comprar en la tienda de los agropecuarios del municipio no se reparten al azar, son para estimular a los más destacados como está recogido en el convenio colectivo.

Ese es un tema que se discute en la asamblea de afiliados, y el mes pasado se analizó a un grupo que no estaban al día en el pago de la cuota sindical. La tienda no es un departamento de seguridad social, es para motivar a los destacados”.

Sobre el tema del ajo, Herminio Ravelo refirió que la unidad funciona como almacén en la provincia.

“Tenemos la producción pero no los ingresos, pues la mercancía no se ha comercializado. Si hay apertura del comercio, los ingresos llegarán en otro mes, no en el que estaban planificados.

“Hoy tenemos más ajo que el que debemos guardar, y eso deteriora nuestros indicadores económicos; le hemos planteado a Comercio Interior que nos paguen el producto y se lo seguimos custodiando en nuestro almacén. Aunque tengo un inventario paralizado, al final eso no nos provocará pérdidas, ya que este año ese condimento tiene un precio progresivo: lo compramos a 800 pesos el quintal, y en diciembre vale mil 300”.

El directivo explicó que actualmente acometen una inversión por un monto de 16 mil CUC para mejorar las condiciones del centro y otra de 11 mil para la adquisición de montacargas.

Las nóminas dicen la última palabra

Tantos criterios contrapuestos evidencian falta de comunicación y de información en el colectivo. Si las asambleas de afiliados se realizan y en ellas se discuten temas vitales como el salario y la distribución de los puntos para comprar en la tienda de los agropecuarios, ¿por qué tantas insatisfacciones y preocupaciones?

¿Se habrá de explicar claramente a los obreros la situación económica y las condicionantes del pago por los resultados de la producción como lo hizo el director conmigo? Al sindicato del centro le corresponde propiciar el debate y exigir a la administración que lleve informes precisos a las asambleas de afiliados.

Hay que exigir a la entidad de Comercio Interior correspondiente una solución para la comercialización del ajo, porque su inmovilidad afecta los ingresos y por tanto el salario de los trabajadores.

Para comprobar los mencionados problemas de salario, Ravelo me sugirió revisar las nóminas. Las especialistas del área económica de la entidad, coincidieron en que los sistemas de pago se discutieron a principios de año en las asambleas de afiliados (a los estibadores se les aplica el conocido como a destajo, pedido por ellos mismos), y “no se puede cambiar cada vez que quieran”.

Solicité las nóminas de pago de los estibadores Daniel Piedra, Jorge Luis Mirabal y Misael Sosa, correspondientes a los meses de enero, marzo y mayo del 2010.

Este es el resultado de la pesquisa:

Daniel Piedra ganó 421,07 pesos en enero; 482,07 en marzo, y 392,47 en mayo (estuvo 15 días de vacaciones).

Jorge L. Mirabal devengó 705,84 pesos en enero y 591,04 en mayo; en marzo estuvo todo el mes con certificado médico.

Misael Sosa cobró 827,92 pesos en enero; 699,24 en marzo y 420,23 en mayo (estuvo una quincena de vacaciones).

Las nóminas dicen la última palabra: no ganan igual, porque todos no trabajan por igual. Daniel Piedra fue muy preciso desde sus primeras palabras, y lo dijo sin saber que contradecía sus reclamos: “gano según lo que hago”.

Cuba
La Habana, 26 abr (Prensa Latina) El Consejo de Ministros de Cuba aprobó hoy el Geoparque Nacional Gran Piedra, el segundo sitio de este tipo del país caribeño, ubicado en una región de la oriental provincia de Santiago de...
Pinar del Río, Cuba, 25 abr (Prensa Latina) Tras fuerte combate frente a las llamas, integrantes del Cuerpo de Guardabosques de Cuba en esta occidental provincia de Pinar del Río, sofocaron hoy el incendio de muy grandes proporciones ...
Lo último
La Columna
¡Viva Fidel!
Gerardo Moyá Noguera*.- En estos precisos momentos llegaba yo a mi Cuba para  asistir al Día Internacional de los Trabajadores en la Plaza de la Revolución José Martí. Una vez en la plaza mi emoción era ...
Un mundo al revés
Juntos x Cuba.- Estaremos conversando de diferentes acontecimientos que se han sucedido en el mundo en los últimos días....
La Revista