Cocodrilo hembra sacrificado por pescadores furtivos, quienes se dieron a la precipitada ante el alto de las TGF.
Julio Martínez Molina - Granma.- Consignado en el 213 de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, la preservación del medio marino y costero es un asunto de medular importancia, cuyo cumplimiento está refrendado y salvaguardado por las leyes dispuestas por el Estado cubano.
Los artículos 21 y 22 del Capítulo IV del Decreto Ley 164 de 1996 (Reglamento de Pesca) remarcan de manera explícita la prohibición de la actividad en áreas sujetas a regímenes especiales, zonas vedadas por intereses nacionales de protección de los recursos naturales y del patrimonio.
Una de estas áreas —que constituye un refugio rico de la biodiversidad marina del país, donde habitan y se reproducen especies acuáticas de alto valor—, es la región ubicada al sur de la provincia de Matanzas.
En dicha zona están enclavadas las 137 060 hectáreas marinas (y las 281 161 hectáreas terrestres) del parque nacional de Ciénaga de Zapata, sometido por dicho carácter a regulaciones especiales en este y otros sentidos.
Pese a ello, irresponsables de todo género intentan medrar con los recursos naturales del perímetro, a contrapelo de normativas. En tal sentido, opera como resorte contendor básico aquí el accionar diario de las patrullas de revisión del litoral de las Tropas Guardafronteras (TGF) del Destacamento Centro Sur.
Noel Barrios Pacheco, primer teniente jefe del puesto de TGF de Playa Larga (ubicado al sur de Matanzas, municipio de Ciénaga de Zapata, con un tramo de responsabilidad de 106 km) complementa que la preeminencia está fundada en el hecho de que resulta la modalidad más incidente en el territorio.
El primer suboficial, segundo comandante de una lancha guardacostas, Alexander Ruiz, comenta que existe un variopinto número de figuras y que cada salida a la mar deviene libro abierto en el enfrentamiento a las ilegalidades, pues los comisores cambian su "modus operandi" y establecen señales de aviso entre ellos.
En múltiples ocasiones estos no acatan las órdenes, huyen; algunos se capturan en el momento y otros más adelante, afirma.
ENFRENTAMIENTO DIRECTO CONTRA LAS ILEGALIDADES
Para ejemplificar el resultado de las acciones directas contra las ilegalidades, recientemente se realizó el decomiso de 1 575 colas de langosta (444 kg) en Playa Cochino y 1 535 (475 kg) en Playa Larga.
Además —y solo en el primer semestre—, diez neveras, dos careyes, 22 embarcaciones rústicas ilegales, siete motores (prohibida la navegación a motor en el área), seis bolos de madera, nueve campamentos de pescadores y cazadores; así como combustible, arpones, cerdos jíbaros, jicoteas y hasta cocodrilos sacrificados.
La lista incluye volúmenes notables de paños, palangres, chinchorros o diversos artilugios.
A las modalidades anteriores, se suma en el catálogo de perjuicios otras contra las cuales también se acciona como la extracción de arena o el arrojo de basura en áreas protegidas, la tala, el buceo en perímetros no permitidos y la depredación de cotorras, cartacubas, flamencos y jutías, aporta el teniente Asiel Montesinos, miembro de la tripulación de este servicio operativo de patrulla.
Las Tropas Guardafronteras se apoyan y complementan con el trabajo de los inspectores de la Oficina Nacional de Inspección Pesquera (ONIP), los guardabosques y otras instituciones. Noel, el jefe del puesto de Playa Larga, precisa que, bajo estricto control, es entregado a las autoridades encargadas cada gramo de los decomisos. De los malhechores por ellos detenidos, y de su proceso penal, se responsabilizan las instancias pertinentes.
Lo que sí dan fe los combatientes entrevistados es que cada día será más enérgico, más sostenido el trabajo de enfrentamiento a las indisciplinas, ilegalidades y delitos aquí. Aseguran, a una voz, que nadie va a abrogarse el derecho de enriquecerse con los recursos naturales del pueblo.
Los depredadores tienen en los Guardafronteras un dique resistente a su ola destructiva.
