Hablamos con Ray Fernández en su casa de Alamar, en La Habana. Ray Fernández es un trovador cubano que, guitarra en mano, es invitación a la reflexión y a la alegría. Aunque oriundo de tierras villaclareñas, Raimundo Fernández vive desde niño en el reparto Alamar, en el oriente de la capital de Cuba, en La Habana. Equipo técnico: Javier Garijo, Patricia Moncada y José Manzaneda.
Ver este mismo vídeo en Youtube
Ray Fernández hace alusión, en esta entrevista, a la proxima gira de 8 conciertos, entre febrero y marzo, por el País Vasco, tierra a la que le unen numerosas amistades.
Gira de conciertos por el País Vasco (fechas y lugares)
Cocinero de graduación, nació como trovador en la cultura vecinal de su barrio y en la nocturnidad del Malecón habanero. Cantor y autor, virtuoso dueño del viejo son y de la nueva trova, se apropia de las más diversas sonoridades foráneas. En cuanto a la letra, Ray sostiene una lírica enriquecida por el habla popular y la literatura culta, y cuenta las cosas que pasan, incluso en el mismo momento en que canta. Trata con un enfoque crítico las penurias económicas, la realidad social y las posibilidades del desarrollo humano, siempre con humor y dejando un amplio margen a la improvisación.
Son muchas las crónicas sociales de Ray: El obrero, El gerente, Matarife, El librero o Echa pa’cá, de manera que quien escuche sus canciones se documenta sobre la realidad cubana. Pero el arte de Ray es mucho más amplio: Condená, por ejemplo, es un ocurrente cántico de amor y desamor. Ray también modula hermosos poemas líricos como El son de José, dedicado a la memoria de José Lezama Lima, ilustre autor de Paradiso. Además de la originalidad en los textos de sus canciones, el especial timbre de su voz y su fuerza de interpretación, Ray Fernández viene acompañado por Miguel Alejandro Valdés (bajo), Roylan Carballosa (percusión) y Lorenzo Molina (trompeta), músicos excelentes que se acoplan perfectamente a su ritmo vertiginoso y a su genio improvisador.
Los vascos que viven en La Habana tienen la suerte de tener cerca y disfrutar de la amistad de Ray. Los que no lo conozcan de los Aberri Eguna o del Diablo Tun-Tun de cada jueves por la tarde, tienen ahora la inmejorable oportunidad de paladear su trova, que bascula entre la cruda realidad y la pura diversión.