María Socarrás H. - Adelante.Cu.- Quizás las nuevas generaciones de féminas de esta isla caribeña vean la Federación de Mujeres Cubanas, más conocida por la FMC, con una mirada diferente, y es lógico porque la situación social, económica y política no es igual que cuando triunfó la Revolución.

Para las mujeres que, como esta periodista, nacieron un poco antes de 1959 y que conocieron cómo era la vida en aquella República con sus prejuicios, sus discriminaciones no solo por la raza, las creencias y las condiciones sociales, sino por ser simplemente mujer, la FMC se convirtió en  el camino  nuevo para que nosotras transitáramos con los mismos derechos que los hombres, y todos los accesos se abrieran para dar cabida al supuesto género débil.

Pero no era tan simple que las ideas y los conceptos se revirtieran ante la muralla que los hombres y las propias mujeres comenzaron a interponer ante una realidad que se abría pas.

Sin embargo, un hombre que venía con la luz de todos los que como él querían que las mujeres ocuparan el lugar que les correspondía, supo que el país iba a necesitar nuestra fuerza si no en todos los sectores, si en su mayoría, como hoy la vida lo está demostrando. Ese hombre era Fidel.

Hoy la mitad de la fuerza laboral de la nación se encuentra en ellas y en sectores como el de la salud y educación, constituyen la mayoría.

Gran  parte de ese logro fue gracias a la Federación y a una mujer que siempre hay que recordar, a Vilma Espín.

Con nuevos retos ante nuevos horizontes, las que nacimos antes de 1959 y las que llegaron después, hasta el presente, continuamos revitalizando esa organización que merece nuestro respeto y que ya se convirtió en una página ineludible de la historia patria.

Desgraciadamente millones de mujeres en el mundo sufren los terribles prejuicios que el capitalismo les ha impuesto hasta convertirlas en simples mercancías.

Cuba y las cubanas sabemos que las libertades conquistadas hasta el momento dependen de nosotras mismas y que estaremos dispuestas a defenderlas como la propia Revolución nos ha enseñado, a pesar de las limitaciones materiales y el bloqueo impuesto por los Estados Unidos.