Noel Manzanares Blanco - Cubainformación.- En Cuba y la denominada sociedad civil, con la mirada puesta en la intención de la Casa Blanca de reproducir en mi nación , le signifiqué a mis lectores/as que la percepción que tiene la administración del norteño vecino sobre el concepto de ese tipo de sociedad en la Isla está asociada a todo lo que sea independiente de nuestro y, por ende, al margen del protagonismo de millones de cubanos/as en nuestra Revolución. Así, me adelanté a lo que tenía en mente sobre el título que someto a consideración en esta oportunidad. Trataré de explicarme, con el menor número posible de palabras.
Tras leer una edición del periódico El Nuevo Herald, conocí que luego de concluida la primera ronda de conversación entre La Habana y Washington, se divulgó lo que es un secreto sabido por multitudes: la delegación de Estados Unidos que asistió al acto que procura restablecer los vínculos diplomáticos entre los Estados a ambos lados del Estrecho de la Florida, insistió en que el respeto a los derechos humanos Made in USA es un tema “central” en la nueva política propuesta por el presidente Barack Obama el pasado 17 de Diciembre. Ello, a contrapelo de que nosotros exigimos también el respeto a los derechos humanos de acuerdo con el entendimiento revolucionario.
Asimismo, gracias a ese portavoz de la delincuencia política de origen cubano en Miami y escenarios afines, “me enteré” que Roberta Jacobson, subsecretaria de Estado para los Asuntos del Hemisferio Occidental al frente de los diálogos por la parte norteña, resaltó que el objetivo de su gobierno es el mismo: “empoderar al pueblo cubano con el fin de tener un país, tan cercano a los Estados Unidos, que sea libre y democrático”. “Lo que queremos es que el pueblo cubano pueda tomar sus propias decisiones. Queremos tratar algo diferente y más efectivo para obtener ese resultado” —las negritas son mías.
Igualmente, por cortesía de ese rotativo floridano, ratifiqué lo que en lógica elemental sería la actitud de la señora Jacobson: como gestos de apoyo a lo que ella considera la sociedad civil cubana, tras dichas conversaciones, se reunió con opositores cubanos o sea, representantes de sus mercenarios como Guillermo (des) 'Coco' Fariñas. Además, posteriormente visitó la oficina del portal 14ymedio, invitada por la legionaria facturada en Washington/Bruselas Yoani Sánchez, y hablaron sobre el estado del periodismo independiente en la isla, es decir sobre la propaganda contrarrevolucionaria.
He colocado las negritas, porque deseo llamar su atención sobre a quiénes pretenden privilegiar en la Mayor de las Antillas el gobierno de Estados Unidos de América. Así, subrayo que, al asumir la tesis de empoderar, las autoridades norteamericanas evidencian su desprecio tanto por el internacionalmente reconocido quehacer del Gobierno en Cuba desde 1959 a favor de grandes segmentos de ciudadanos/as del territorio nacional como por la cultura adquirida por las personas de todas las generaciones que conviven en la Mayor de las Antillas; al tiempo que percibo que, penosamente, muchos son los políticos gringos que piensan que quienes respaldamos al Socialismo en este archipiélago somos idiotas.
En este orden de análisis —precisamente porque admito que Empoderamiento es el proceso por el cual las personas fortalecen sus capacidades, confianza, visión y protagonismo tanto individual como desde diferentes estamentos sociales para impulsar cambios positivos de las situaciones que viven— propongo meditar a partir de las siguientes preguntas:
¿Cómo se explica que se deje de reconocer que fue el pueblo cubano el que acabó con la tiranía de Fulgencio Batista, exactamente con el Liderazgo Histórico que todavía exhibimos? ¿Quiénes si no este mismo pueblo salió airoso cuando la invasión por Bahía de Cochinos y no tembló ante la Crisis de Octubre? ¿Será que las Mujeres y Hombres que han sido elegidas para ocupar responsabilidades políticas y administrativas en Cuba son producto de un “fraude” o que le hemos “prohibido” a la representación raquítica de la contrarrevolución participar en los diversos procesos electorales?
Por demás, dejo también para el debate la interrogante que continúa: ¿Escapa a la trayectoria de la Revolución Cubana la consulta con las masas para decidir estrategias claves desde Gran Enero de 1959: me refiero a las primeras medidas adoptadas, a unos de los principio para ingresar en el Partido Comunista de Cuba… hasta los Lineamientos del Partido y la Revolución y el Código Laboral?
Estoy absolutamente convencido de los lunares del proyecto que edificamos hace casi seis décadas; me acompaña la convicción de que podemos/debemos perfeccionar más y más la participación/decisión ciudadana en todas las instancias de las actividades económico-social e ideo-políticas. Sin embargo, desconocer el empoderamiento del pueblo cubano para entretenernos en los cuentos de la democracia y derechos humanos al estilo capitalista, es la mejor manera de servirle en “Bandeja de Plata” a nuestros enemigos del patio y foráneos. Por tanto, hemos de ocupar nuestro quehacer en favorecer mejor a cubanas y cubanos vs. la habladuría de esa suerte de Satanás territorial.
