Noel Manzanares Blanco - Cubainformación.- El pasado 21 de Mayo, me sentí en el deber de publicar Almagro: complemento de la CIA vs. Venezuela y esta inscripción: “Desde la OEA, su secretario general le sirve a la Casa Blanca en bandeja de oro para un pretexto de intervención 'humanitaria' en la Patria de Bolívar y Chávez. ¡Ojalá que el grueso de las fuerzas progresistas le ponga freno!”.
Pasaron los días y el consenso en torno al Bien prosperó, a pesar de que los empeños del susodicho continuaron. Explico lo sucedido, brevemente.
Resulta que el sr. Almagro finalmente decidió proponerle a la Organización de Estados Americanos (OEA) la aplicación del artículo 20 de la Carta Democrática Interamericana por la situación en Venezuela, a contrapelo de que ese apartado del órgano hemisférico alude a lo que NO está aconteciendo en Caracas:
“En caso de que en un Estado Miembro se produzca una alteración del orden constitucional que afecte gravemente su orden democrático, cualquier Estado Miembro o el Secretario General podrá solicitar la convocatoria inmediata del Consejo Permanente para realizar una apreciación colectiva de la situación y adoptar las decisiones que estime conveniente” —las negritas son mías.
En este ambiente, poco debe extrañar la alegría que reinó en Washington. Quizás la mejor prueba radique en que congresistas de EEUU aplaudieron la decisión de Almagro sobre Venezuela, incluyendo al legislador republicano por Florida Carlos Curbelo, quien alabó a través de su cuenta de Twitter: “Al fin la OEA tiene un líder con valor que dice la verdad, Luis Almagro”; así como su homóloga Ileana Ros Lehtinen, también republicana por el propio estado, al escribir en el mismo segmento de la Red de redes: “Es hora que la OEA invocara la Carta Democrática por Venezuela”. Estas son personas de origen cubano vinculadas a la terrorista-mafia-gusano-yanqui.
Sin embargo —¿porque la ?—, la Hermana Nación acaba de lograr rotunda víctoria. Así lo expresó su Ministra de Relaciones Exteriores, Delcy Rodríguez: “Venezuela logró victoria en la OEA al convocar Consejo Permanente para declaración en apoyo al diálogo, la Constitución y La Paz”, y ello “es un reconocimiento al gobierno constitucional del presidente Nicolás Maduro y al sistema democrático de promoción de los Derechos Humanos”.
Por su parte, el Gobierno de Ecuador manifestó su satisfacción ante el texto aprobado por la OEA sobre Venezuela, al manifestar: “Acogemos con satisfacción la decisión del Consejo Permanente de la OEA, acordada por consenso de los 34 países, a favor del diálogo, sin sanciones ni amenazas de ningún tipo y que reconoce la plena soberanía de Venezuela”.
Por tanto, además del desprecio que experimento por el comportamiento tendencial que exhibe la Organización de Estados Americanos, en este minuto me siento animado a exclamar a los cuatro vientos: la OEA de Almagro: ¡Solavaya!
