Programa de alfabetización Yo, sí puedo en Sevilla - Cubainformación.- El salón de actos del Hotel Meliá Los Lebreros acogió este pasado miércoles la graduación de las últimas 150 personas que han podido beneficiarse de este programa.

El programa cubano de alfabetización Yo, sí puedo sigue cosechando éxitos en la ciudad de Sevilla. En apenas un año de andadura, ya son más de 500 las personas iletradas que han aprendido a leer y a escribir gracias a este proyecto promovido por la Fundación para la Formación, Innovación y Cooperación DeSevilla. Los últimos 150 beneficiarios recibieron ayer por la tarde sus diplomas en una emotiva ceremonia de graduación celebrada en el salón de actos del Hotel Meliá Los Lebreros.

El vicepresidente de la Fundación DeSevilla, Carlos Vázquez, dio la enhorabuena tanto a los trabajadores que, de manera desinteresada, hacen realidad esta iniciativa como a los participantes. De los primeros elogió su “gran esfuerzo” y su “sacrificio abnegado” en pro de una causa tan justa. Y de los recién graduados resaltó su voluntad para superar dificultades, al tiempo que los felicitó por haber cumplido la meta que se propusieron: “Ahora sí sois ciudadanos de plenos derechos”, manifestó.

Según Vázquez, la grandeza del Yo, sí puedo radica en que coloca al ser humano en el epicentro de su acción. De ahí que el Gobierno municipal apostara por este programa de forma tan decidida desde un principio, a través de la Fundación DeSevilla. Pero estas victorias sucesivas contra la lacra del analfabetismo no hubieran sido posible –recordó— sin el apoyo de la Revolución Cubana y de su gobierno, al cual agradeció las facilidades ofrecidas para desarrollar en Sevilla un método alfabetizador de esta valía.

En el acto de ayer también intervino el Primer Teniente de Alcalde, Antonio Rodrigo Torrijos, quien se congratuló de los resultados tan positivos que arroja el Yo, sí puedo, a pesar de las invectivas procedentes de la derecha económica y política de la ciudad. “Cuando uno ve vuestras caras de satisfacción da por bienvenidos todos los ataques, agresiones y frivolidades que tenemos que soportar”, dijo a los más de 500 asistentes. En su opinión, los que denostan este proyecto temen su poder transformador. “No quieren que personas que hasta hoy permanecían socialmente excluidas adquieran un pensamiento crítico y se muestren a partir de ahora capaces de determinar libremente qué hacer y por qué optar en su vida. Por eso nos golpean con tanta brutalidad”, remachó.

Carlos Vázquez y Rodrigo Torrijos estuvieron acompañados por el delegado de Juventud y Deportes, José Manuel García, y la delegada de Participación Ciudadana, Josefa Medrano. De otro lado, cabe destacar la presencia del Cónsul General de la República de Cuba para Andalucía, Ricardo Rodríguez, quien dirigió también unas palabras de aliento a las personas comprometidas con este proyecto. Por el escenario fueron desfilando, además, diversos facilitadores para relatar en público lo que ha supuesto para ellos involucrarse en una experiencia tan gratificante. Y hubo varias mujeres alfabetizadas que no dejaron pasar la ocasión para leer sus cartas de agradecimiento y demostrar con orgullo los conocimientos aprendidos. Las actuaciones musicales del grupo Poetas del Pueblo y del cantaor Manuel Gerena pusieron el colofón a esta intensa jornada.

Pero el programa no terminó ayer. Y es que aún queda mucho trabajo por hacer en la capital hispalense, donde se estima una población de unos 35.000 analfabetos aproximadamente. La intención de la Fundación DeSevilla es, por tanto, la de continuar con esta labor en aras de acabar cuanto antes con este drama muchas veces oculto e impropio de una sociedad del llamado Primer Mundo en pleno siglo XXI.

Implantado en más de 30 países

El Yo, sí puedo busca erradicar el analfabetismo a través de un método accesible que vincula, mediante 65 teleclases y con la ayuda de facilitadores, los números con las letras, partiendo de una relación entre “lo conocido” y “lo desconocido” para la persona iletrada que, en un periodo de dos a cuatro meses, termina siendo capaz de expresar sus ideas de forma coherente y por escrito con una caligrafía legible. Del mismo modo, el sistema favorece la implicación y la participación de la comunidad en los barrios en los que se acomete y la mejora de las condiciones de vida de sus vecinos.

Este programa se creó en 2003 en Cuba con el objetivo de implementar un instrumento que lograra una alfabetización rápida, masiva y a bajos costes que permitiera, en un primer momento, a los países del Tercer Mundo, poner fin al flagelo del analfabetismo. Venezuela fue el primer país en implantarlo y, en sólo dos años de desarrollo, consiguió en 2005 la declaración de Territorio Libre de Analfabetismo, meta que repetirían pocos años después Bolivia (2008), Nicaragua y Ecuador (ambos 2009).

Actualmente, el Yo, sí Puedo se aplica en 30 países de todo el mundo, con distintas versiones que se adaptan a cada contexto, y con una eficacia en la alfabetización que le ha valido el reconocimiento en reiteradas ocasiones, incluyendo el premio Rey Sejong concedido por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).