Anubis Galardy - Prensa Latina.- La primera bailarina del Royal Ballet de Londres, Tamara Rojo, aseguró aquí hoy que la pieza Manon, del finado coreógrafo británico Kenneth McMillan, es una obra maestra y se incluye entre sus favoritas.

En declaraciones a Prensa Latina, horas antes de estrenar en Cuba uno de los más perdurables títulos del repertorio de su compañía, señaló que ese ballet se centra técnicamente en los pas de deux y demanda extrema coordinación.

Dijo, además, que constituye un gran reto en su aspecto dramático por ser mucho más sutil, exento de pirouettes y fouettes, "de ahí la importancia de bailar con Carlos Acosta, un excelente partenaire, subrayó.

Sobre este último, la bailarina española reconoció que es un sueño poder trabajar con él. Llevamos tantos años juntos que apenas basta una mirada para entendernos, indicó.

Al público cubano extendió también palabras de elogio. Espero que sea una oportunidad para disfrutar la danza fuera de sus fronteras; que pueda apreciar un repertorio y una forma de bailar diferentes, con el mismo entusiasmo y conocimiento demostrados, resaltó.

Al abundar en la historia de Manon, comentó que es una chica del campo, nacida con una belleza especial que hace que todos los hombres sientan atracción por ella.

El temor a la pobreza la llevará a hacer todo lo posible por escapar de semejante humillación.

Concebido en tres actos, el ballet muestra un escenario lleno de contrastes.

La sociedad parisina del siglo XVIII en que debió abrirse paso Manon era moral y financieramente inestable: la riqueza y la corrupción florecían junto a la degradación total del ser humano.

Tal y como apuntan las notas al programa, de cortesana parisina pasa como fugitiva a los pantanos de Louisiana, en Estados Unidos. Es, sin dudas, un gran drama en el que se debaten la avaricia y el orgullo personal, el amor y la deslealtad, la moral y el resentimiento.

Con tales ingredientes, la obra de McMillan -estrenada en 1974- llegará hoy y mañana a la escena del Teatro Karl Marx, para disfrute de un público que sabe valorar el arte de las zapatillas y las puntas en su plena dimensión estética.

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