Por Justo Cruz*/Foto Virgilio Ponce -Martianos-Hermes-Cubainformación.- “Cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante”. Ryszard Kapu?ci?ski


La Editorial Axel Springer Verlag es la mayor en Alemania y una de las más grandes en Europa. Sobre la misma se comenta que tiene el control sobre casi todo lo que se publica en Alemania. A esta editorial pertenecen medios alemanes de gran tirada como Bild, Die Welt y Fakt.

El diario amarillista Bild, es conocido por su “efectividad” a la hora de “serrucharle” el piso a un político si ellos consideran que no están actuando en correspondencia con sus intereses. La misma suerte puede correr un prominente del arte o de la cultura.

Si no bailas al compás de mi música o si haces una declaración no concurrente te hacemos la vida un yogurt”, hablando en cubano.

No se puede hablar de Axel Springer Verlag sin mencionar algunos de los 6 lineamientos que rigen el trabajo de esta editorial, lo que significa que para obtener un puesto de trabajo en alguno de sus medios el interesado está obligado a aceptarlos.

En este punto no hay contemplaciones. El que emplea, es el que dicta.

En esta ocasión voy a mencionar tres de ellos, que son los que por el momento nos incumben. Lo hago porque considero muy importante que los periodistas, comunicadores y otros profesionales de la información en Cuba se informen a través de ejemplos concretos como funciona la “libertad de expresión” y la “libertad de prensa” en los países occidentales. Vale la pena tomar esta editorial como ejemplo.

Uno de los lineamientos o estatutos de la Editorial Axel Springer dice, cito: “contribuir en el mejoramiento de las relaciones entre judíos y alemanes, lo que implica apoyar el derecho de existencia del Estado de Israel”. Yo en el plano personal no tengo ningún inconveniente en que mejoren las relaciones entre judíos y alemanes, lo que me llama la atención es el apoyo incondicional a Israel que es a lo que se refieren cuando hablan de “reconocimiento del estado israelí”. Esta es la razón por la cuál se hace tan difícil encontrar en alguno de sus diarios alguna crítica a la violencia sistemática que ejercen los sionistas israelíes contra el pueblo palestino en los territorios ocupados ilegalmente.

Pero no es mi intención hablar sobre Israel, en esta ocasión quisiera referirme a los deberes y derechos de un periodista o profesionales de la información que trabaje en algunos de los medios pertenecientes a esta editorial. Aquí los dejo con dos lineamientos o estatutos, cito: “El apoyo a la Alianza Transatlántica y la solidaridad con los valores liberales de Estados Unidos de América” y la “Defensa de la Economía de Mercado”.

A la Alianza Transatlántica, sus conexiones con la Unión Europea y la política a seguir por parte de los medios de difusión habría que dedicarle más tiempo, porque ahí si hay tela por donde cortar. Pero eso lo dejamos para otro día.

Ahora les pongo un ejemplo para que se tenga una idea sobre a lo que me refiero cuando hablo de esta “alianza transatlántica”: Si un convoy de ayuda humanitaria de la ONU es atacado y destruido en Siria, esta alianza es la que garantiza que inmediatamente en los diarios más importante del mundo circule la noticia de que el ataque fue realizado por aviones sirios o rusos. Entonces cuando usted se levanta por la mañana y enciende la radio o la tele escuchará en casi todas las emisoras la misma noticia, por ejemplo: “El mortal ataque aéreo contra un convoy de ayuda de la ONU por aviones sirios o rusos pone en entredicho los esfuerzos internacionales para llevar la paz a Siria, dijo un alto responsable estadounidense este lunes”.

Esta noticia será repetida hasta la saciedad una y mil veces en todo el día y durante días, hasta que el mismísimo “alto responsable estadounidense” se la crea, o hasta que el Gobierno Ruso demuestre lo contrario, como es en el caso que nos ocupa. Si los rusos demuestran lo contrario la noticia entonces no será desmentida, simplemente no se hablará más del asunto o se tratará de restarle credibilidad a las pruebas presentada por el Ministerio de Defensa Ruso. Así funcionan.

Por qué les cuento todo esto.

En el día de ayer fue publicado en el Nuevo/Viejo Herald un artículo de Nora Gámez Torres bajo el título: “Gobierno cubano arrecia campaña contra medios independientes”. El título habla por si solo.

La señora Nora Gámez trata de echar aire a destiempo una campaña que ya está bastante desinflada pero da grima tanta preocupación en EEUU y otros lares por los derechos de los periodistas cubanos.

A mi, como me encanta valerme de ejemplos para reafirmar mis criterios sobre un tema determinado, voy a referirme a uno para así entendernos mejor.

En febrero de este año circuló en algunos medios alemanes una noticia con relación a la Editorial Axel Springer que a mi me alegró mucho, cosa que me sucede muy pocas veces cuando se trata de estos “especialistas” de la noticia.

El periódico Welt perteneciente a esta editorial habría expulsado a uno de sus periodistas porque habían descubierto que trabajaba como consejero de prensa para uno de los partidos de ultraderecha de Alemania. Se trata del tristemente célebre partido Alternativa para Alemania (AfD por sus siglas en alemán), conocido por sus posiciones radicales de rechazo hacia los extranjeros, específicamente los refugiados sirios, libios, iraquíes. Este partido está colmado de racistas. Esta es la razón por la que en esa ocasión estuve muy de acuerdo con la medida tomada.

A primera vista parece ser esta una noticia que nada tiene que ver con Cuba, pero esa es específicamente la idea. Me gustaría poner este ejemplo porque ilustra como funcionan las relaciones de cooperación entre los medios y los profesionales de la información que son empleados por los mismos.

A veces se tiene la impresión de que muchos en Cuba tienen una idea distorsionada sobre la vida en un país dominado por las normas que rigen la economía de mercado, las relaciones capitalistas de producción y los derechos de los trabajadores. Les cuento esto para que los cuenteros de Miami no les hagan cuentos a los periodistas cubanos.

A veces en Cuba suceden cosas que a nosotros, cubanos residentes en el exterior nos llaman realmente la atención, por ejemplo que periodistas y agencias de prensa de países capitalistas como Nora Gámez hagan tanto hincapié en una aparente falta de derechos laborales en Cuba cuando ellos mismos saben que en sus países es peor. Lo triste del caso es cuando sus homólogos cubanos comienzan a hacerles el juego.

En todos los contratos de trabajos entre el que emplea y el empleado que se firman en Alemania e independientemente del sector donde se trabaje, para tener un segundo empleo se necesita la autorización de la empresa o agencia donde se trabaja. En el caso de medios de prensa esta medida cobra una mayor relevancia porque con la misma se pretende evitar que un periodista pueda trabajar para otro medio que tenga una lineal editorial diferente. De esta manera se evitan los conflictos de intereses en la profesión.

Me voy a limitar solo a explicarles cómo funcionan las relaciones de trabajo entre el empresario o patrón y el empleado o trabajador en el mundo capitalista, especialmente Alemania, país donde vivo.

En ningún país del mundo, ninguna agencia, periódico, emisora, empresa, etc, permitiría que uno de sus empleados trabaje para otra agencia, periódico, emisora o empresa sin su consentimiento. La persona que lo haga incurre en una violación que le puede costar su puesto trabajo. Tampoco ningún medio permitirían que se le chantajee exigiendole que publique artículos que pretendan contentar los aires egocentristas de algún que otro periodista con aires de protagonismo. Esto también lo sabe Nora Gámez.

¿Imaginemonos por un momento cuál sería la reacción de los jefes de redacción del Nuevo/Viejo Herald si yo les exigiera que publicaran este artículo? Ni hablar.

Existen por ejemplo periodistas que trabajan por cuenta propia para diferentes medios, los llamados freelance, pero siempre serán medios que representen los mismos intereses o pertenezcan al mismo grupo empresarial. Una cosa es trabajar por cuenta propia y otra cosas es ser empleado de una agencia o empresa. En cada uno de los casos el medio se otorgará el derecho de publicar o no el artículo, lo que implicaría que un freelance escribiría siempre en concordancia con la linea política del medio al cual pretende venderle su artículo, sino lo hace así, se muere de hambre.

En casi todos los contratos está plasmado que cada empleado podrá tener un segundo empleo siempre y cuando sea con el consentimiento de su empresa. Si no lo hace así está violando un contrato, razón por la cual puede ser despedido. Esto sucede a diario en el mundo capitalista.

¿Alguien me puede explicar cuál es el problema entonces si un periódico o una agencia estatal cubana le prohíbe a sus empleados trabajar para otro medio si lo considera un conflicto de intereses o una violación de su código de ética?

Si esto puede suceder en cualquier parte del mundo, ¿por qué en Cuba no?

¿Por qué los medios cubanos no pueden tener los mismos derechos que su similares en otras partes del mundo?

Para “cerrar con broche de oro” su artículo Nora Gámez cita un editorial de uno de estos medios privados financiados desde el exterior para Cuba que es una joya periodística, cito: “No es solo la prensa la que necesita recuperar su credibilidad en Cuba. Todas nuestras instituciones necesitan recuperar su credibilidad. Pero eso no lo lograrán el Partido, el Gobierno y el Estado en la soledad de su poder, o contando nada más que con quienes les obedecen, que es otro tipo de soledad”(….)“Si aspiramos a una nación más justa, no basta con una apertura económica. La apertura debe ser social, política, cultural, informativa, mediática. Y no podemos esperar que caiga del cielo. La sociedad cubana debe continuar ganando, poco a poco, su independencia”.

“Falta de credibilidad”, “apertura cultural, informativa, mediática”, ¿sabrán de que están hablando estos lerdos de la información? ¿Tendrán ideas de cómo funcionan todos esos términos en el mundo occidental?

Esto es a lo que me refería cuándo decía que al parecer algunos periodistas cubanos no tienen idea de como funciona la “libertad de prensa” en los países capitalistas.

Desde hace días la juventud cubana está saliendo a la calle en señal de protesta contra los programas y planes subversivos financiados desde EEUU. “World Learning” es uno de los ejemplos más actuales que demuestra una vez más la política injerencista y hostil del gobierno de la Casa Blanca. Todo el mundo en Cuba conoce las verdaderas intenciones de esas becas y de proyectos que no tienen otro objetivo que el de dividir a la juventud para como siempre poder lograr sus objetivos.

Algunos en Cuba siguen actuando como si no se dieran por enterados. Como han descubierto que de la información se puede hacer un negocio, para ellos la verdad parece que está dejando de ser importante.

*Justo Cruz, residente cubano en Alemania, Coordinador de Cuba Si.

Enviado por el autor a: Martianos-Hermes-Cubainformación

Estos textos pueden ser reproducidos libremente siempre que sea con fines no comerciales y cite la fuente.

Algunos materiales en Cubainformación TV sobre el `caso Enmienda Fariñas´:

La `Enmienda Fariñas´: el más espantoso ridículo de agencias y medios internacionales

`El último folklore patético de Guillermo Fariñas buscaba interferir en el diálogo Unión Europea-Cuba´: Javier Couso, europarlamentario

Caso Guillermo Fariñas: los estertores delirantes de la “disidencia” cubana

Guillermo Fariñas, 'cuentero' sin parangón

Ya el “Coco” Fariñas terminó su “huelga”, ¿y ahora qué?

El Faquir en sus andadas

La Columna
Por Justo Cruz*/Foto Virgilio Ponce -Martianos-Hermes-Cubainformación...
Por Justo Cruz*/Foto Virgilio Ponce -Martianos-Hermes-Cubainformación.- “Yo jamás he permitido que ese odio entre a mi mundo”. Esta frase la escuche decir a Dr. Belinda Sánchez Ramírez directora de inmunolog&ia...
Por Justo Cruz*/Foto Virgilio Ponce -Martianos-Hermes-Cubainformación.- A principios de este año el Departamento del Tesoro de Estados Unidos sancionó a la plataforma de alojamiento Airbnb a pagar 91,172,29 dólar...
Lo último
La Columna
La Revista