Texto publicado en Cubainformación en papel nº 9 - Primavera 2009.
Durante su estancia en la Isla concedió una entrevista a la televisión cubana, en la que calificó como “revolución ciudadana” al cambio de estructuras sociales, económicas y políticas que se están comenzando a llevar a cabo cabo en su país, “un cambio no violento y necesario además para toda América Latina, un continente con demasiada pobreza y desigualdades sociales”, según sus palabras.
Estudioso de las biografías de los pensadores latinoamericanos del siglo XIX, como José Martí, Eloy Alfaro o Simón Bolívar, Correa afirmó que las ideas de estos grandes hombres, sus vidas y ejemplos iluminan y orientan la lucha que se está dando en América Latina para conseguir la “patria grande e integradora” de la que hablaban. En su opinión, América Latina está viviendo no una época de cambio, sino un cambio de época: “no estamos viviendo una simple época de cambio, no tenemos los mismos gobiernos títeres de antaño que se portan menos mal con sus pueblos; estamos realmente viendo cambios drásticos en la conducción de los países, pasando a tener gobiernos soberanos e integradores. La propuesta de Ecuador de crear la Organización de Estados Latinoamericanos va dirigida a conseguir esa integración, esa ‘patria grande’, mediante la creación de instancias de resolución de conflictos de los países de la región sin exclusiones, no como ocurrió con Cuba, que fue excluida de la OEA (Organización de Estados Americanos)”. Señaló que “países que comparten la misma historia y destino común deben tener instancias de resolución de conflictos comunes”. Citó como una de las primeras instancias de integración que ya ha sido creada en Sudamérica la Unión de Naciones del Sur (UNASUR).
El presidente Correa señaló que los nuevos gobiernos de países latinoamericanos como Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Paraguay y el propio Ecuador suscriben la nueva línea de pensamiento llamado “Socialismo del siglo XXI”, y explicó las coincidencias irrenunciables con el socialismo tradicional que define la naturaleza del pensamiento socialista: supremacía del trabajo humano sobre el capital, acción colectiva, etc. “La mayor falacia de la Historia es”, según el presidente de Ecuador, “que individuos actuando con su propio fin de lucro, en función de su propio egoísmo, a través de una ‘mano invisible’ realicen el ‘mayor bienestar social’. Ahí está el ‘bienestar social’ que han realizado todos estos especuladores financieros y la mano muy visible del Estado tratando de remediar todo el desastre que han armado”, afirmó. El Socialismo del siglo XXI, indicó, comparte con el socialismo tradicional el énfasis en esa justicia social que es imperativa en América Latina, el continente menos equitativo del mundo. Pero, en su opinión, “uno de los errores del socialismo tradicional fue que no disputó una noción de desarrollo con el capitalismo en cuanto a la industrialización, consumismo, acumulación, etc. buscando una vía más rápida y menos injusta de alcanzar, en el fondo, lo mismo.
El Socialismo del siglo XXI propone una nueva noción de desarrollo dependiendo de las características de cada sociedad, del entorno, de sus principios, valores, etc., un concepto de ‘vivir bien’ con respeto a la naturaleza y a las diferentes culturas”. “Creemos –dijo– que ésa es la alternativa para América Latina y para el mundo entero, porque el Socialismo del siglo XXI ni siquiera es único, debe adaptarse a la especificidad de cada sociedad. Se trata de poner las cosas en su justo orden: la supremacía del ser humano sobre el capital, la necesidad de la acción colectiva, y la necesidad de la búsqueda de justicia en todas las dimensiones (social, de género, étnica, regional, intergeneracional…)” Añadió que el ser humano debe buscar nuevas nociones de desarrollo que no compartan la noción occidental de tener más, competir y acumular. “Creemos que esa es la alternativa a un sistema que claramente está colapsando”, explicó. Al igual que Fidel Castro hace veinte años en Cuba, el presidente Correa calificó la deuda externa de Ecuador como impagable, inmoral e ilegitima. En los años 80, su país debía 4.000 millones de dólares. Con la crisis y después de cerrarse todas las líneas de crédito, no recibieron ni un dólar más de los bancos comerciales, se han pagado 7.200 millones de dólares y prácticamente deben lo mismo en estos momentos.
En una auditoría con expertos internacionales se encontraron numerosas irregularidades, cláusulas de renuncia a reclamaciones, ministros de finanzas que eran negociadores de la deuda y a la vez miembros de bufetes de abogados de los acreedores, e incluso cuando el precio de la deuda cayó en un 20%, se renegoció al 60%. “Esto –dijo– es un atraco a Ecuador”, y una muestra de lo que está pasando en América Latina. La deuda ha sido pagada ya varias veces por su país, y va a luchar en los tribunales internacionales para que esa deuda no se pague. Con respecto a la subida al poder del Presidente Barack Obama, le parece un cambio muy interesante, ya que hace tan sólo 40 años los negros eran segregados en EEUU, aunque se muestra escéptico en relación a que haya grandes cambios. Es optimista con los acuerdos concretados entre Cuba y Ecuador, acuerdos en el campo de salud, de la educación, en el campo agrícola, en el de biotecnología. Correa se mostró decidido a que no vuelva a ocurrir lo que ocurrió con los anteriores gobiernos ecuatorianos, que dejaron los convenios solo “para la foto”. “Esta vez esos convenios se van a cumplir, vamos a plasmarlos en la realidad y eso servirá para estrechar aún más los lazos de amistad con Cuba y sobre todo para mejorar el bienestar de nuestro pueblos”. Correa visitó el mausoleo del Che Guevara, dijo que el Che y Fidel son héroes de toda América Latina, e instó a las nuevas generaciones a aprender de ellos, a no rendirse frente a las dificultades.
Estudioso de las biografías de los pensadores latinoamericanos del siglo XIX, como José Martí, Eloy Alfaro o Simón Bolívar, Correa afirmó que las ideas de estos grandes hombres, sus vidas y ejemplos iluminan y orientan la lucha que se está dando en América Latina para conseguir la “patria grande e integradora” de la que hablaban. En su opinión, América Latina está viviendo no una época de cambio, sino un cambio de época: “no estamos viviendo una simple época de cambio, no tenemos los mismos gobiernos títeres de antaño que se portan menos mal con sus pueblos; estamos realmente viendo cambios drásticos en la conducción de los países, pasando a tener gobiernos soberanos e integradores. La propuesta de Ecuador de crear la Organización de Estados Latinoamericanos va dirigida a conseguir esa integración, esa ‘patria grande’, mediante la creación de instancias de resolución de conflictos de los países de la región sin exclusiones, no como ocurrió con Cuba, que fue excluida de la OEA (Organización de Estados Americanos)”. Señaló que “países que comparten la misma historia y destino común deben tener instancias de resolución de conflictos comunes”. Citó como una de las primeras instancias de integración que ya ha sido creada en Sudamérica la Unión de Naciones del Sur (UNASUR).
El presidente Correa señaló que los nuevos gobiernos de países latinoamericanos como Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Paraguay y el propio Ecuador suscriben la nueva línea de pensamiento llamado “Socialismo del siglo XXI”, y explicó las coincidencias irrenunciables con el socialismo tradicional que define la naturaleza del pensamiento socialista: supremacía del trabajo humano sobre el capital, acción colectiva, etc. “La mayor falacia de la Historia es”, según el presidente de Ecuador, “que individuos actuando con su propio fin de lucro, en función de su propio egoísmo, a través de una ‘mano invisible’ realicen el ‘mayor bienestar social’. Ahí está el ‘bienestar social’ que han realizado todos estos especuladores financieros y la mano muy visible del Estado tratando de remediar todo el desastre que han armado”, afirmó. El Socialismo del siglo XXI, indicó, comparte con el socialismo tradicional el énfasis en esa justicia social que es imperativa en América Latina, el continente menos equitativo del mundo. Pero, en su opinión, “uno de los errores del socialismo tradicional fue que no disputó una noción de desarrollo con el capitalismo en cuanto a la industrialización, consumismo, acumulación, etc. buscando una vía más rápida y menos injusta de alcanzar, en el fondo, lo mismo.
El Socialismo del siglo XXI propone una nueva noción de desarrollo dependiendo de las características de cada sociedad, del entorno, de sus principios, valores, etc., un concepto de ‘vivir bien’ con respeto a la naturaleza y a las diferentes culturas”. “Creemos –dijo– que ésa es la alternativa para América Latina y para el mundo entero, porque el Socialismo del siglo XXI ni siquiera es único, debe adaptarse a la especificidad de cada sociedad. Se trata de poner las cosas en su justo orden: la supremacía del ser humano sobre el capital, la necesidad de la acción colectiva, y la necesidad de la búsqueda de justicia en todas las dimensiones (social, de género, étnica, regional, intergeneracional…)” Añadió que el ser humano debe buscar nuevas nociones de desarrollo que no compartan la noción occidental de tener más, competir y acumular. “Creemos que esa es la alternativa a un sistema que claramente está colapsando”, explicó. Al igual que Fidel Castro hace veinte años en Cuba, el presidente Correa calificó la deuda externa de Ecuador como impagable, inmoral e ilegitima. En los años 80, su país debía 4.000 millones de dólares. Con la crisis y después de cerrarse todas las líneas de crédito, no recibieron ni un dólar más de los bancos comerciales, se han pagado 7.200 millones de dólares y prácticamente deben lo mismo en estos momentos.
En una auditoría con expertos internacionales se encontraron numerosas irregularidades, cláusulas de renuncia a reclamaciones, ministros de finanzas que eran negociadores de la deuda y a la vez miembros de bufetes de abogados de los acreedores, e incluso cuando el precio de la deuda cayó en un 20%, se renegoció al 60%. “Esto –dijo– es un atraco a Ecuador”, y una muestra de lo que está pasando en América Latina. La deuda ha sido pagada ya varias veces por su país, y va a luchar en los tribunales internacionales para que esa deuda no se pague. Con respecto a la subida al poder del Presidente Barack Obama, le parece un cambio muy interesante, ya que hace tan sólo 40 años los negros eran segregados en EEUU, aunque se muestra escéptico en relación a que haya grandes cambios. Es optimista con los acuerdos concretados entre Cuba y Ecuador, acuerdos en el campo de salud, de la educación, en el campo agrícola, en el de biotecnología. Correa se mostró decidido a que no vuelva a ocurrir lo que ocurrió con los anteriores gobiernos ecuatorianos, que dejaron los convenios solo “para la foto”. “Esta vez esos convenios se van a cumplir, vamos a plasmarlos en la realidad y eso servirá para estrechar aún más los lazos de amistad con Cuba y sobre todo para mejorar el bienestar de nuestro pueblos”. Correa visitó el mausoleo del Che Guevara, dijo que el Che y Fidel son héroes de toda América Latina, e instó a las nuevas generaciones a aprender de ellos, a no rendirse frente a las dificultades.
