A través de un programa de asambleas con las delegaciones de base en las comunidades, este proceso busca analizar deficiencias, avances y retos de la organización como paso preparatorio a su IX Congreso que tendrá lugar el año venidero.
La provincia de Artemisa, ubicada en el occidente de Cuba, ha logrado concretar importantes cifras de esas reuniones evaluativas en todos sus municipios. En declaraciones a esta revista, Nilda Hernández González, secretaria general en ese territorio, reconoce la necesidad de que la FMC asuma un papel mucho más protagónico en el acontecer del barrio, en la vida, la familia y las problemáticas cotidianas de las cubanas.
Con una membrecía que asciende a más de 183 mil mujeres, donde las jóvenes representan una buena cantidad, la funcionaria señala que entre los planteamientos más comunes está la solicitud de sus afiliadas de recibir una mayor atención de quienes las dirigen y de que los intercambios entre unas y otras posean mucha más constancia. De ahí que el trabajo actual enfoque sus propósitos en satisfacer tales demandas. Una situación, sin embargo, que en el medio rural no parece estar descuidada. Así lo reconoce Nilda.
“Nuestra provincia es eminentemente agrícola, por lo que la FMC mantiene vínculos muy estrechos con las mujeres campesinas, cooperativistas y del sector tabacalero.… Insistimos en que ellas se incorporen a la ANAP (Asociación de Agricultores Pequeños), pues muchas veces, sin darse cuenta, estas mujeres suelen autodiscriminarse, aun cuando juegan un papel decisivo en las labores de la finca. Junto a las tareas domésticas y el cuidado de la familia, se encargan de la alimentación de todas las personas que trabajan en la tierra, atienden los animales de corral y otras tareas imprescindibles en el funcionamiento de las cooperativas.”
Según Hernández, gracias al apoyo de la FMC, puede notarse cierto crecimiento en la incorporación femenina al sector campesino en Artemisa. “Por ejemplo, hay cuatro municipios donde las mujeres son presidentas de la ANAP y varias cooperativas dirigidas por ellas.”
Al referirse al proceso de balance de la FMC en Artemisa, la secretaria General, explica que las asambleas efectuadas con las delegaciones de base en Artemisa, hasta la fecha, superan el 65% del total que deben ejecutarse en los 11 municipios.
“Creo que estamos en un momento en que resulta muy oportuno realizar esta evaluación de la FMC, porque existen algunos debilitamientos y deficiencias de la organización que resulta necesario dilucidar. En nuestras reuniones no siempre hemos tenido la asistencia requerida, ni hemos escuchado planteamientos y opiniones de todas las federadas. No obstante, de manera general ellas coinciden en el criterio de que la FMC se mantenga como entidad, y que se fortalezca en su labor de representar a las cubanas.”
Con 24 años de experiencia en diferentes niveles de dirección de la FMC, Nilda Hernández afronta, además, la máxima responsabilidad de la organización en momentos en que Artemisa reajusta toda su estructura político-administrativa luego de constituirse como provincia tras el nuevo reordenamiento territorial que tuvo Cuba a partir de enero de 2011.
“En estos momentos y desde las experiencias extraídas de las asambleas, buscamos variantes y métodos que permitan incorporar a más jóvenes, como dirigentes de base, en aras de darle frescura a la federación. Queremos lograr un mejor funcionamiento y que las mujeres se sientan identificadas con su organización porque los progresos en igualdad de derechos y oportunidades obtenidos por las cubanas se lo deben, sin dudas, al empuje y apoyo de la FMC a lo largo de los años.
