Por Arthur González*/Martianos-Hermes-Cubainformación.- Para la mayoría de los estadounidenses la situación económica que sufren hoy, se ha convertido en una pesadilla, aunque el presidente Donald Trump se empeñe en divulgar lo contrario, como parte de su politiquería barata.


Solo basta con mirar el número de desempleados y de personas sin seguro médico, el incremento de la deuda externa y los bajos niveles de las bolsas, para comprobar que ese país va en picada, gracias a la pésima gestión de la actual administración, que a base de mentiras pretende edulcorar la realidad que sufren millones de norteamericanos.

El mal manejo de la pandemia de la Covid-19 por parte de Trump, ha provocado la muerte de más de 180 mil ciudadanos y la mayor cifra de contagios del mundo, con más de 5 millones 600 mil casos, según datos de la Universidad Johns Hopkins, lo que corrobora la precariedad del sistema de salud, debido a la privatización de la medicina, los altos costos de seguros médicos y las medicinas, país que se auto califica como “el mejor del planeta”.

Cálculos oficiales indican que en Estados Unidos existen más de 27 millones de personas sin seguro médico, incluido el Obamacare para personas de bajos ingresos, hecho insólito en una potencia que gasta más de 700 mil millones en su presupuesto militar, para mantener cientos de bases en todo el orbe, financiar a grupos terroristas y contrarrevolucionarios que trabajan por derrocar gobiernos no aceptables para Washington.

Si en vez de entrometerse en los asuntos internos de otros estados, mediante acciones ejecutadas por la CIA, la USAID, la NED y otras agencias, dedicaran ese dinero para construir en Estados Unidos un sistema de salud comunitario, como poseen países europeos, Cuba y Venezuela, otras serían sus cifras de muertes por la Covid-19.

En sus discursos de campaña electoral, Donald Trump afirma que su gobierno “ha obtenido logros que mantienen el sueño americano de ser los mejores del mundo”, pero los datos dicen lo contrario.

Su actual crisis económica es la peor en casi 70 años, al contraerse su tasa anual al 31,7%, solo durante el trimestre abril-junio 2020, caída trimestral más fuerte registrada en toda la historia de esa nación.

Hoy se reporta un millón 100 mil desempleados, sin tomar en cuenta personas que carecen de documentos legales y son parte de la masa de trabajadores, carentes de dinero para sufragar los gastos familiares, pagar la renta, electricidad, alimentación y otros, situación inverosímil para quienes atacan el sistema socialista cubano, ese que no abandona a nadie, al pagarle a los que no pueden acudir al trabajo, el 60 % del salario.

Para demonizar al contrincante demócrata Joe Biden, Trump lo califica de “socialista”, pero si en realidad lo fuese, los norteamericanos tendrían un sistema de salud como el de Cuba, totalmente gratuito sin distinción de posición económica, política, razas y creencias, donde la Covid-19 ha causado la muerte de menos de 100 personas, a pesar de estar sometida por Estados Unidos, a la más larga y cruel guerra económica, comercial y financiera de la historia de la humanidad, antes y después de Cristo.

La mentira de los logros económicos alcanzados bajo la administración Trump, se palpa en ese creciente desempleo que deja en la miseria a cientos de miles de personas mensualmente.

En días pasados la compañía American Airlines despidió a 19 mil empleados y lo mismo hará el consorcio MGM Resorts con 18 mil trabajadores, dejándolos en la calle sin amparo salarial, impedidos de pagar sus adeudos mensuales, hundiéndose más la economía, situación que oculta Trump en sus discursos.

¿Por qué no menciona en sus peroratas, que su país tiene actualmente una deuda externa que supera los 26 billones de dólares?

¿Son esos los logros de su “excelente” actuación?

Los votantes deben conocer el estado real de la nación para poder valorar el mejor candidato a la presidencia.

Qué decir del incremento del racismo y los asesinatos de negros norteamericanos a manos de policías blancos, con conductas neonazis, situación solo comparable con el sistema del Apartheid.

Crímenes como los de George Floyd, asfixiado premeditadamente por la policía y el de Jacob Blake, quien sentado en su auto recibiera siete tiros por la espalda y delante de sus seis hijos, ilustran el racismo que sufre la población negra en Estados Unidos.

Repudiablemente, Trump y su camarilla consideran las protestas por tales crímenes, como “actos de terrorismo” doméstico y ordena mantener detenidos a los “criminales peligrosos”, incluso antes del juicio, lo que no hace con los verdaderos asesinos y causantes de los reclamos de quienes son maltratados, vejados y tratados como en la época de la esclavitud.

El llamado “sueño americano” se transforma diariamente en pesadilla, tanto para blancos como para negros, mestizos y latinoamericanos que ven morir a sus parientes, por disparos de otras personas, pues según datos de la organización Brady Campaign, diariamente mueren no menos 31 ciudadanos.

Quien ha destruido la llamada “grandeza estadounidense” es Trump, tanto internamente como en sus relaciones internacionales. Es él quien ha distanciado a su país de la comunidad internacional, abandonado los más importantes organismos internacionales, desde la UNESCO hasta la OMS, y roto acuerdos importantes para la seguridad del mundo, mostrando su irrespeto por los demás.

Mientras su pueblo enferma y muere, él juega golf, en evidencia de la poca preocupación por sus semejantes. Así no actúan los verdaderos mandatarios.

Bien diferente fue la actitud seguida por Fidel Castro, que siempre era el primero ante invasiones mercenarias, desastres naturales, pandemias y otros hechos relevantes.

Así actúan los socialistas que Trump ataca, y mientras él lanzaba rollos de papel higiénico a los puertorriqueños damnificados por un potente huracán, los presidentes comunistas cubanos acuden a evaluar los daños y buscar rápidas soluciones para el pueblo, preocupándose diariamente por la evolución de la Covid-19, a diferencia de Trump que no usa mascarilla y se opone a ella, a pesar de ser la única vacuna para evitar la trasmisión de esa enfermedad.

El pueblo norteamericano tendrá en su voto la posibilidad de volver a tener a un presidente racional, o mantener a un desequilibrado, interesado solo en su imagen y llevarse los bolsillos, porque como aseguró José Martí:

“Un voto descuidado es un derecho perdido y la inferencia en el sufragio, la antesala del déspota”.

La Columna
Artur González / Heraldo Cubano.- En enero del 2023 la compañía estatal Aerolíneas Argentinas informó que, a partir del mes de marzo, cancelaba sus vuelos a Cuba por no ser rentables, decisión que analistas a...
Artur González / Heraldo Cubano.- El asalto a la sede diplomática de México en Ecuador, el 5 de abril del 2024, para detener al ex vicepresidente Jorge Glas, quien estaba en calidad de asilado en esa misión, demostró...
Artur González / Heraldo Cubano.- El 7 de abril del 2024, el terrorista connotado Orlando Gutiérrez Boronat, residente en Miami la capital del Odio, escribió un artículo para el Nuevo Herald, titulado “¿Por qu...
Lo último
La Columna
¡Viva Fidel!
Gerardo Moyá Noguera*.- En estos precisos momentos llegaba yo a mi Cuba para  asistir al Día Internacional de los Trabajadores en la Plaza de la Revolución José Martí. Una vez en la plaza mi emoción era ...
Un mundo al revés
Juntos x Cuba.- Estaremos conversando de diferentes acontecimientos que se han sucedido en el mundo en los últimos días....
La Revista