Andrés Marí - Cubainformación / Fundació Vivint


Llegamos, con el último personaje del conjunto de los ya vistos, a “la lengua del pueblo” --la guagua, el transporte por excelencia de la mayoría de los cubanos--, y en toda la expresión del personaje junto a otros que hacinados lo acompaña, observamos la mayor libertad de crítica social en un país al que tanto lo condenan sus detractores en contubernio con el gobierno de EEUU, esa rémora del cepo esclavista que somete a la isla con el cerco más largo de la historia.

Apenas puede explicarse cómo el gobierno y el pueblo cubanos han podido resistir la embestida de un imperio que ha buscado y sigue probando todas las formas para reducirlos a ambos, desde una invasión mercenaria y la creación de grupos terroristas dentro de la isla hasta el genocida bloqueo económico, comercial y financiero que obliga –también a gobierno y a pueblo--, a realizar la vida en una situación de dramático ‘impedimento’ para vivirla. No obstante, se ‘vive’ e incluso se debate públicamente –en la guagua y en todas partes--, el asunto fundamental de mi obra teatral: la ayuda que han de prestarse los viajeros de la Revolución en pos de no claudicar.

Así, ‘mi viejo’, o la síntesis crítica de todos los que más han vivido el proceso histórico de la isla, lo expresa: “Aquí todo el mundo sabe todo lo bueno que se ha hecho. ¿Qué pasaría si no se sigue haciendo? Este pueblo es muy caliente”. En esas frases del personaje está el esfuerzo gubernamental por ofrecer al pueblo el mayor bienestar posible, insistir en ofrecerlo y qué pasaría si no se sigue haciendo. Porque en esta obra teatral ni se suprimen ni se edulcoran ninguno de los problemas vitales con los que viven diariamente los cubanos. Tampoco en la expresión antes escrita de ‘mi viejo’ --elogiosa con el proceder gubernamental--, como en ninguna de las tantas otras expresiones del resto de personajes, igualmente elogiosas, se oye el nombre de ‘Cuba’ o de ‘Revolución’, pero se siente su acción protectora en la sociedad.

Quizás la crítica internacional que he podido reunir y elegir, dada la buena cantidad existente, no pueda decir lo mismo respecto de la realidad de la mayor parte de los países en que presenté mi obra, incluyendo aquellos ‘desarrollados’ y no bloqueados, pero que a simple vista podían entender que en sus naciones la libertad de prensa, de expresión, de vida y solidaridad que defienden es un espejismo o un sordo pataleo de los pueblos y solo hecha ley para beneficio del verdadero disfrute que dominan los poderes económicos y las transnacionales en esos países.

Por ello podemos leer abundantes titulares que aburren a cualquiera sobre mis dotes como artista y, a veces –como que no les era muy gratificante elogiar a Cuba en contraste con su propia cotidianidad--, señalan en mi obra “la autocrítica cierta”, “la voluntad polemizadora no en la crítica al espíritu de la Revolución Cubana, como se podía pensar en un principio” y así hasta otro aburrimiento, excepto, y sin tocar algo más que pudiera molestar al periódico, esta afirmación: “En “El Italiano se revelan graves problemas no resueltos en ninguna sociedad humana”. En fin, sobran ya mis notas analíticas o explicativas. Que Cuba no haya caído es el más bello y ejemplar retrato de un pueblo que ama su Revolución y el de un gobierno que no tiene nada que esconder.

(CONTINÚA EN TEXTO 7. EL VIEJO)

………………………………………………

7- OTRAS NOTAS Y AGRADECIMIENTOS

A mi familia ibicenca, que me proporcionó siempre todas las condiciones materiales para mi trabajo en Ibiza y las estancias-puente mientras me iba presentando en otros países de Europa y regresaba a mi isla caribeña. A l’Ayuntament d’Eivissa, el Auditori de Cas Serres, Can Ventosa, L’Hospitalet, Casino de Ibiza, Teatre de San Vicent de Sa Cala, los Teatros ‘Principal’ de Badalona y de Vilanova, Teatre Monumental de Mataró, Centro Cívico “La Bolsa” de Bilbao, Centro Teatral de Vitoria, Biblioteca de la Universidad de Florencia y en las de Visby, Dublín, Beirut y otras más. También al Museo Judío de Amsterdam, Galerías de Arte y otros Centros Culturales cuyos nombres se me escapan de mi abultada memoria. A los periódicos Tribuna de La Habana, Granma, Trabajadores, JR, El Telégrafo, Expreso, El Universo, El Nuevo Globo, Diario de Ibiza, Proa y El Punt, así como las revistas Bohemia y Turia. A los escritores, cronistas y periodistas Ada Oramas, Nancy Robinson Calvet, Rosa Elvira Peláez, Magda Resik, José Guerra, Universi Zambrano, Manuel de J. Real, Toni Roca, Dionisio Miró, Carles Armengol, José Manuel Piña, Nel Diago, Tomeu Martorell y Rafa Domínguez. Al Canal TeleAmazonas. E igual otros más que ya están en el templo de los años vividos.

Y, a pesar de no tener mucha suerte con las tantas entrevistas que me hicieron, vaya un agradecimiento verdaderamente muy emotivo a Julio Herranz, del periódico Diario de Ibiza, que me hizo y publicó una larga entrevista donde, al fin y de forma bien clara –incluso como titular--, escribió lo que yo le había dicho: “Tengo una responsabilidad social consciente, aunque, simplemente, soy un revolucionario de base”.

Vayan mis agradecimientos a todos mis queridos amigos de Ecuador que aun no he nombrado y  donde fui un hermano más: Melania Mora, Juan Hadatty, Lautaro León, Gina Gutiérrez, Ayelen, Miguel Ángel Viteri, Mildred, Gonzalo Dueñas, Gustavo Enrique, Yuli, Gade, Carmita y el escultor Alfredo Palacios que en 1996 me envió a Cuba  su busto del Ché Guevara. Igualmente a la Ciudad de Santa Ana, donde conocí por primera vez las amenazas que se ciernen sobre la salud de los actores y de las que pude recuperarme gracias a los afectos de una bondadosa familia manabita.

En Ecuador y España también mi obra y mi labor fueron premiadas y donde, luego de experimentar el asombro ante la plena interpretación actoral, pude aprender y compartir con mayor precisión mi triple experiencia artística como escritor, director e intérprete, algo que pude ir reuniendo en diversos apuntes sobre “Los dominios del creador teatral” que a ratos todavía investigo.

(CONTINÚA EN AGRADECIMIENTOS No. 8)

Serie completa "El italiano"

1.1. "El italiano”: Una experiencia artística de la Revolución Cubana. Notas 1

1.2. "El italiano”: Una experiencia artística de la Revolución Cubana. Textos 1

1.3. “El italiano”. Una experiencia artística de la Revolución Cubana. Vídeo 1

2.1. “El italiano”. Una experiencia artística de la Revolución Cubana. Notas 2

2.2. “El Italiano”. Una experiencia artística de la Revolución Cubana. Textos 2

2.3. “El italiano”. Una experiencia artística de la Revolución Cubana. Vídeo 2 - La madre

3.1. “El italiano”. Una experiencia artística de la Revolución Cubana. Nota 3

3.2. “El italiano”. Una experiencia artística de la Revolución Cubana. Texto 3. La Vecina

3.3. “El italiano”. Una experiencia artística de la Revolución Cubana. Vídeo 3 - La Vecina

4. 1. “El italiano” Nota 4. Una experiencia artística de la Revolución Cubana.

4. 2. “El Italiano”. Una experiencia artística de la Revolución Cubana. Textos 4: ‘El maestro’

4. 3. “El Italiano”. Vídeo 4: ‘El Maestro’. Una experiencia artística de la Revolución Cubana.

5.1. “El Italiano”. Nota 5: El amigo. Una experiencia artística de la Revolución Cubana

5. 2. “El Italiano”. Texto 5. Una experiencia artística de la Revolución Cubana.

5.3. “El Italiano”. Vídeo 5: ‘El amigo’. Una experiencia artística de la Revolución Cubana

6.1. “El italiano”. Nota 6: ‘El empleado’. Una experiencia artística de la Revolución Cubana

6. 2. “El Italiano”. Texto 6: ‘El empleado’. Una experiencia artística de la Revolución Cubana

6. 3. “El Italiano”. Vídeo 6: El empleado. Una experiencia artística de la Revolución Cubana

7. 1. “El Italiano”. Nota 7: ‘El viejo’. Una experiencia artística de la Revolución Cubana

7. 2. “El Italiano”. Texto 7: ‘El viejo’. Una experiencia artística de la Revolución Cubana

7. 3. “El Italiano”. Vídeo 7: ‘El viejo’. Una experiencia artística de la Revolución Cubana

8. 1. “El Italiano”. Nota 8. Una experiencia artística de la Revolución Cubana

8. 2. “El Italiano”. Texto 8: ‘El joven final’. Una experiencia artística de la Revolución Cubana

8. 3. “El Italiano”. Vídeo 8: ‘El joven final’. Una experiencia artística de la Revolución Cubana

 

* Andrés Marí es escritor, profesor y actor cubano residente en Catalunya.

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